El anuncio del gobierno municipal de
Segorbe sobre la adhesión de la localidad al conocido como Plan Edificant de la
Generalitat en virtud del cual se pretende unificar el centro de infantil y el
de primaria en un solo espacio, toda vez que se ampliarán las instalaciones
para inaugurar tres nuevas aulas de 2 a 3 años que se sumarán a las actuales
del centro, se ha pretendido trasladar a la ciudadanía como un avance social
para la localidad de Segorbe; una pretendida apuesta por la educación pública
en la que todos ganan y que, por supuesto, nada tiene que ver con espurios
intereses electorales en los albores de los próximos comicios municipales. Y
como es triste costumbre en la clase política de nuestro país se ha adornado el
anuncio con clichés ideológicos, que a fuerza de ser repetidos, pudieran lograr
el propósito de confundir realmente a un buen número de vecinos segorbinos.
Quienes desde uno u otro prisma sí nos
dedicamos a la educación de nuestros pequeños y jóvenes en Segorbe manejamos la
firme convicción de que la unificación de las instalaciones del CEIP Camarón, y
en su caso la reforma del mismo sí es objetivamente bueno para Segorbe y por
ello lo entendemos más como inversión que como un gasto y no albergamos ninguna
duda de que sí puede mejorar el día a días de los niños que estudian o lo harán
en este colegio público. Adelante, pues, por parte de los firmantes de esta
carta que deseamos la mejor de las suertes para esta parte concreta de la
iniciativa.
Muy al contrario, ampliar en tres
unidades de infantil (aulas 2 a 3 años) el CEIP deviene en primer lugar
innecesario por no existir necesidades objetivas de escolarización en este
tramo de edad en el municipio a vista de los datos censales y demográficos. No
en vano Segorbe cuenta para este tramo concreto de edad con dos escuelas
infantiles con autorización administrativa de la Conselleria de Educación, con
instalaciones adecuadas, profesionales cualificados y un proyecto educativo de
contrastada calidad que, por supuesto, observa todas las exigencias normativas
y reglamentarias cauteladas por educación para esta etapa educativa. Los
centros de educación Infantil Yo Solito y Pipos cuentan con plazas escolares
vacantes y probada capacidad para atender las necesidades presentes y futuras.
De este modo, una eventual ampliación
de aulas de infantil en el CEIP Camarón conduciría a una sobreoferta de puestos
escolares, financiada con los impuestos también de todos los segorbinos, cuya
consecuencia tangible e inmediata sería la insostenibilidad del servicio que
actualmente prestan las dos escuelas infantiles. Es decir, por un lado nos
encontraríamos ante una praxis política que no observaría los principios
constitucionales relativos a la eficacia y eficiencia en la gestión de los
caudales públicos y, por otro, las familias segorbinas carecerían del deseable
derecho a elegir libremente centro educativo de acuerdo a sus convicciones, lo
que comúnmente aludimos como libertad de enseñanza, derecho fundamental
recogido en la constitución española y que quedaría en entredicho de
perpetrarse la iniciativa del gobierno municipal en los términos actualmente
planteados.
Pero conviene abundar en los aspectos
jamás citados ni apreciados por los proponentes de la iniciativa, silenciados
en la publicidad y defensa política del asunto, pero que merecen ser conocidos
por los vecinos de Segorbe, al menos por una cuestión de honestidad intelectual
y análisis del asunto con todas sus implicaciones.
El escenario de una oferta de puestos
escolares en este tramo de edad, única y exclusiva en el colegio público,
supondría un impacto laboral de más de veinte empleos directos y una docena de
puestos indirectos que a día de hoy son el sustento de trabajadores, en su
mayoría mujeres jóvenes y vecinas de Segorbe. Sí, es cierto que se crearían por
contra puestos de trabajo de nuevos funcionarios en el CEIP Camarón, pero
dificilmente serán vecinos de Segorbe, conocerán la idiosincrasia de nuestro
municipio y sus gentes ni tendrán arraigo con las familias de los pequeños.
Si el objetivo del Ayuntamiento de
Segorbe es fomentar e incrementar la escolarización en el municipio para el
tramo 0-3 en condiciones de gratuidad y, por tanto, con independencia de la
capacidad económica de las familias, los firmantes de esta carta no podemos
estar más de acuerdo con esta pretensión, que hacemos nuestra. Sucede que
existen otras fórmulas para procurarla, tal y como ya vienen promoviendo otros
municipios de la Comunidad Valencia De no modificar el ayuntamiento su
propuesta en linea con lo anterior, Segorbe pasaría de tener centros
autorizados específicamente adaptados a este tramo de edad con profesionales
cercanos acompañando su educación a tener un colegio público con instalaciones
propias de alumnado de mayor edad y sin las bondades que atesoran nuestras dos
escuelas infantiles, con más gasto público y sin libertad de elección para las
familias.
Alargando un poco más la vista y reflexionando
sobre las motivaciones políticas que pueden conducir a ampliar un centro
público, causa perplejidad, estupor e indignación atisbar en la iniciativa una
maniobra para inflar por gracia política la matrícula de un centro público que
hoy no es el más demandado, ni de lejos, por las familias segorbinas. Si una
familia escolariza a su pequeño de 2 años de edad en el CEIP Pintor Camarón
(recórdemos, porque ya no existan más opciones), ¿dónde es más probable que
continúe su escolarización cuando cumpla los 3 años de edad, esto es, cuando
acceda al segundo ciclo de Infantil como antesala de la E. Primaria?.
Efectivamente, es bastante previsible que muchos de esos pequeños “simplemente”
continúen en el mismo centro y con ello, insistimos - de forma artificial-
crecerán los hoy paupérrimos datos de demanda de escuela pública y la
administración educativa. En este caso la Conselleria de Educación, tendrá la
base legal necesaria para para ejecutar en Segorbe un anhelo del Consell:
suprimir tantas unidades concertadas como sea posible.
Parece, pues, que la problemática con
la que nos encontramos no afecta solo a las escuelas infantiles del municipio
sino también, y acto seguido, a los dos colegios concertados de Segorbe. Sí,
esos mismos que durante décadas vienen prestando un servicio educativo a las
familias que no precisa presentación y que tanto y tan bueno dicen del
prestigio de los colegios La Milagrosa y Seminario Menor Diocesano.
Generaciones de segorbinos y vecinos de localidades cercanas en la comarca que
se han formado en las aulas de estos centros sostenidos con fondos públicos,
porque sus familias así lo consideraron libremente, pueden ser testigos de que
esta posibilidad ya no es una realidad en Segorbe. Y si para el caso de las
escuelas infantiles aludíamos a un impacto en el empleo, entre directo e
indirecto, de más de 30 trabajadores, al incluir en las variables a nuestros
dos centros concertados el drama alcanza tintes trágicos: más de 70 empleos
directos y 35 indirectos.
Con todo, podemos afirmar que hoy en
Segorbe existe una oferta educativa plural que satisface todas las necesidades
educativas del municipio en beneficio de centenares de familias. Si por
iniciativa política se ejecuta el plan y en este punto conviene conocer que en
el pleno municipal donde se aprobó la medida todos los grupos votaron a favor
de la misma –no solo el actual equipo de gobierno- el resultado será un
empobrecimiento sin parangón en la pluralidad de la oferta educativa de
Segorbe. Y sin abandonar esta última cuestión, la celebración del pleno,
también conviene, en honor a la verdad, aclarar para conocimiento de todos que
determinadas aseveraciones que algunos grupos postularon sobre el escaso
control del dinero público que recala en centros educativos privados es una falacia
que demuestra el gran desconocimiento sobre el funcionamiento y gestión de
estos centros, sujetos a una estricta auditoría de cuentas con funciones de
control e inspección por parte de la Administración, con mayor celo si cabe que
en cualquier otra empresa pública. Pero como ya dijera el célebre científico
alemán, es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio, así que nos tememos
que muchos de estos clichés ideológicos aún seguirán contando con la voz
política de quien no ve, ni quiere ver, opciones distintas a las propias.
Queremos seguir contando con dos
escuelas infantiles que puedan prestar un servicio gratuíto en el tramo 0-3
años. Queremos el mantenimiento del concierto educativo de los dos centros
privados concertados y queremos centros públicos con instalaciones de la mejor
calidad posible. De no existir todo ello, lejos de ganar, perdemos todos. Y
lejos de avanzar, retrocedemos.
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