Jaime Navarro. EPDAY tiene guasa la cosa. Porque sí bien te fijas en realidad más que estar Yolanda a la greña con Cayetana, la gallega Díaz, y no sabemos sí por aquello de la "sororidad", encuentra en el dúo Picapiedra de Pablo y Pedro sus enemigos predilectos. Que mira qué está feo eso de decir casi en navidades que Sánchez e Iglesias, presi y vice entonces al fín y al cabo del Gobierno de las españas, no le hicieron ni puto caso, cuando ella alarmada como un Íker Jiménez cualquiera, anunciaba y muy poco antes del 8-M del 2020, que la cosa estaba muy pero que muy malita. Pero qué nada. Que el del Falcón y el marqués ni caso. Que uno probándose el nuevo traje de Valentino a estrenar en aquella mani del 8-M y el otro yonkis total con la Netflix...
Y de la Calvo y de la Calviño...mejor ni hablamos...
Y en esto que es qué ahora precisamente también ha empezado a enredar la otra. La Cayetana. La que faltaba. Que está vendiendo como churros su libro de política no ya incorrecta...sino lo siguiente; francamente indeseable. Sí, como ella misma reconoce. Y titula. Sobre todo para Pablo&Pablo. Que ésta sobre todo y por lo que se ve, la fobia la tiene fijada con cualquier tío que lleve por nombre el del célebre apostol. Que todos recordamos sus inolvidables duelos en el Ok Corral de la carrera de San Jerónimo contra el niño de Galapagar. Irrepetibles. La alta tensión como en las de Sergio Leone, se mascaba en el enrarecido ambiente. Hasta que tal lucimiento a lo Eastwood seguramente le acabó pasando tremenda factura. Ya sabes, por aquello de que la envidia qué es el vicio nacional. Qué le vamos a hacer, ay Teodoro, Teodoro...
Y que nada, que la del acento argentino la tiene también cogida con el otro nuestro otro gran Pablo nacional. Vamos, el Casado de toda la vida. Que desde que le dio finiquito a la rubia, ésta le ha cogido una ojeriza que pa qué. Normal. Claro. Como le hubiera pasado a cualquiera.
Y aquí nos quedamos todos pues una miajita decepcionados, es cierto, que Yolanda y la marquesa no se tiran de los pelos ni por esas, como sería lo esperable entre la comunista emergente de toda la vida que todavía orgasma con Marx, que ya es antigua la tía y una Cayetana rutilante y derechona más que bragada y muy intelectual, demasiado tal vez para estos pagos, como desgraciadamente para ella misma se ha demostrado, pues parece que el indeseable papel de Pasionaria encima lo ha acabado representando curiosamente la Álvarez de Toledo. Mientras la vicepresidenta Díaz qué va, que nos habla suavecito. Eso sí. Muy suavecito. Casi como aquel otro legendario gallego del que pronto no se podrá ni pronunciar su nombre. Sin pasar por el nuevo Tribunal de Orden Público. Claro. Pero que pasito a pasito, mira tú por donde, se fue haciendo con la cosa. Mientras se iban quedando y milagrosamente, todos sus camaradas en las jodidas cunetas de la Historia.
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