Ana Gómez Las campañas de recogida de alimentos para personas en dificultad social son frecuentes y necesarias. Todavía estamos lejos de descartar este tipo de ayudas para quienes tienen serias dificultades en su día a día. Otras medidas que fomenten el acceso al empleo y la autonomía de las personas son mucho más importantes. Pero en ese proceso, hay que comer. Y sano, a ser posible.
En Valencia existen muchas iniciativas para fomentar la donación de productos de alimentación. La más conocida, con presencia incluso en los centros educativos, es la denominada “del kilo”. Cada participante en el evento ha de aportar un kilo de alimentos, y la suma de muchos, consigue llenar el almacén de muchas entidades y por tanto, el carro de la compra de muchas familias.
Hay destacadas cadenas de supermercados que brindan estos espacios, lo que se agradece enormemente pues ofrecen el escenario perfecto para las donaciones. Pero la clave para el éxito de estas campañas son la solidaridad de las personas con sus aportaciones.
Nos encontramos en un momento clave, de inflexión. Ya no vale sólo el kilo de alimentos, sino las características del producto. La mayoría de las entidades sociales trabaja con productos no perecederos, y esto dificulta la variedad de las donaciones, especialmente cuando se trata de productos como frutas y verduras, claves para una dieta sana.
Sin embargo, es momento de dar un paso al frente y como ciudadanos y ciudadanas responsables, pensar bien en el tipo de producto que donamos. Un estudio de Cruz Roja reciente exponía que una de cada ocho personas atendidas en la Comunidad Valenciana es obesa y el 87% necesita cambios en su dieta.
Ha llegado el momento de refinar más la solidaridad y fijarnos bien en las características de los alimentos que vamos a donar. En numerosas campañas se recogen galletas, azúcar, bollería, cremas de chocolate o cacao soluble. Pero las personas con pocos recursos ya consumen muchos alimentos superfluos. Por eso, es hora de buscar otras opciones.
Por ejemplo, existen frutas, verduras o pescados en conserva, preferiblemente natural. Son algunas de las recomendaciones que aprendo cada día de mi admirada Clara González, nutricionista y compañera de Cruz Roja. Por eso, gracias por la Solidaridad de quienes colaboran con donaciones de alimentos. Para la próxima ocasión, un reto adicional: llenar la cesta de comida saludable.
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