Ventajas y desventajas de cómo tener un perro / EPDAHay muchas épocas del año que se convierten en tiempo de regalos. Y una de esas decisiones suele ser la de meter o no un nuevo miembro más en la familia, la de traer un perro a casa.
Cuando finalmente se decide incorporar a un nuevo amigo de cuatro patas a nuestro hogar, una de las preguntas que surge es: “¿compro o adopto?”. Ambas tienen ventajas e inconvenientes, pero, ante todo, debe hacerse esa compra o adopción de manera responsable y asumiendo las consecuencias que supone tener un cachorrito en casa.
En cuanto a la compra, si se realiza en un criadero, tiene como ventajas el conocimiento exacto del linaje del animal. Se conocen sus antecedentes, el carácter de los padres, el tipo de comida que toma, etc. Además, si se trata de un criador responsable, sólo cruzará perros “genéticamente perfectos”. En este sentido, el perro será casi predecible en cuanto a su carácter y su morfología de adulto. En cambio, una de las grandes desventajas de comprar un perro reside en que se trafica con seres vivos, y que, a no ser que sea un criadero profesional o un particular responsable quien tenga a los cachorros, es muy probable que las instalaciones donde
se comience a desarrollar el animal no sean las más idóneas, por lo que, si es así, existe un riesgo a nivel comportamental en el futuro miembro de la familia.
También existen las llamadas “fábricas de cachorros”, que, a pesar de ser criaderos, son lugares donde se producen cachorros en masa que tienen un destete temprano y las consiguientes consecuencias en la salud mental y física del animal, que suele morir a edades tempranas.
Por ello, si se opta por la compra, es importante revisar dónde se está criando el animal, las condiciones de higiene del entorno y de los padres, así como de sus hermanos, y la experiencia del criador. Un buen criador responderá a todas las preguntas que puedan surgir en los futuros propietarios. No hay que olvidar, eso sí, que se trata de un negocio, y lo que esa transacción conlleva.
Por su parte, la adopción también tiene pros y contras. Cuando se adopta un animal, se desconoce normalmente su origen familiar, por lo que no se sabe qué patologías tendrá en el futuro, su morfología o su comportamiento. Además, es probable que, de tratarse de un perro adulto, haya tenido algún tipo de experiencia traumática relacionada con la violencia, por lo que su comportamiento
puede no ser indicado para que lo gestionen propietarios inexpertos.
No obstante, adoptando se da una segunda oportunidad a un ser vivo que, seguramente, haya tenido que luchar de manera muy dura
para sobrevivir. Además, se contribuye socialmente a desestigmatizar a los perros mestizos; y se adquiere una responsabilidad para
con la salud pública, ya que al firmar el contrato de adopción el propietario se compromete a cuidar del animal y esterilizarlo cuando considere oportuno.
El caso es que un perro, venga de donde venga, no va a juzgar al propietario por su origen y su apariencia, y le va a admirar y respetar el resto de su vida haga lo que haga. Adoptando un perro no se cambia el mundo, pero el mundo cambia radicalmente para el animal.
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