Un trabajador realiza su tarea en un almacén de madera. EFE/Archivo El parón económico generado por el estado de alarma decretado por la pandemia de coronavirus no solo ha transformado la actividad empresarial sino que también ha contribuido a reforzar el compromiso de las firmas con sus empleados, proveedores y consumidores.
"Las empresas van a elegir ganar menos ahora como apuesta a futuro, porque si en estos momentos no contribuyen a reducir el efecto de la crisis, no van a poder vender ni productos básicos cuando salgamos de ella", ha asegurado en una entrevista a Efe Elena Galante, especialista en Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y colaboradora con la Universidad de Alicante (UA).
Galante ha sostenido que "las grandes firmas necesitarán reactivar la economía local porque su mercado está aquí", de manera que "la inversión en la economía nacional servirá para que ésta se recupere antes", ha declarado.
A su juicio, ya se percibe esta tendencia ya que "la mitad de las prácticas de RSC" emprendidas durante este mes de confinamiento "tiene que ver con el apoyo a los consumidores y la otra mitad con ayudas a empleados y proveedores".
La especialista ha detallado que "se adelantan pagos, se contratan seguros de salud, hay un compromiso por mantener el empleo o se aplaza el pago de facturas".
Todo este tipo de acciones constituye un "giro de 180 grados" en el desarrollo de programas de RSC, la contribución voluntaria de las empresas a la mejora social.
"La RSC consiste en asumir las consecuencias derivadas de lo que se hace y gestionar los impactos de la actividad en la sociedad", ha explicado Galante, quien ha insistido en que la crisis lo ha cambiado todo.
"Antes, las empresas estaban principalmente centradas en la gestión de los impactos negativos de su actividad, como la reducción de emisiones contaminantes o la de la brecha salarial entre hombres y mujeres", ha indicado, pero ahora, en cambio, "centran sus acciones en lo que necesita la sociedad y en lo que pueden aportar para subsistir" mediante la puesta de su experiencia y sus procesos al servicio de la sociedad.
Como ejemplo, ha citado que una firma de automóviles deje sus modelos para pasar a fabricar respiradores, la reconversión de las industrias textil, del calzado o juguetera para confeccionar material sanitario, que los supermercados paguen un plus a sus empleados o los grupos hoteleros que ponen sus instalaciones al servicio de los trabajadores sanitarios.
Galante ha detectado un crecimiento "exponencial en la respuesta del sector empresarial para aportar soluciones que ayuden a combatir la emergencia sanitaria en beneficio de la población en general" con acciones que pasan también por "la prevención sanitaria, la reducción de ingresos entre altos directivos o el desarrollo de nuevas alianzas, públicas y privadas, más allá de la competencia".
En su opinión, "la RSC va a salir fortalecida de todo esto: Llevamos más de un mes escuchando cada día lo que las empresas hacen al respecto y eso no había pasado nunca", ha manifestado.
Probablemente, "una vez superada la pandemia, los programas de RSC volverán a su sitio, pero no de igual forma", según Galante, quien ha previsto que "las empresas querrán mantener la reputación obtenida durante este tiempo y se volcarán en los esfuerzos y compromisos de una coyuntura de crisis".
"Los consumidores se acordarán de las marcas que están apareciendo estos días. Ganar menos ahora es una apuesta para amortiguar lo que vendrá después", ha subrayado.
Por último, la especialista ha advertido también de que "los consumidores tienen una responsabilidad que asumir en la recuperación económica, un rol muy importante en el que tendrán que estudiar qué pueden hacer para recuperarnos lo antes posible".
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