David SegarraAfincado en Bétera, el periodista valenciano David Segarra, ha decidido plasmar en un libro su experiencia en la Franja de Gaza y contar su realidad sobre el conflicto entre Palestina e Israel. Después de vivir muchos años en Venezuela, Segarra regresa a su tierra con la piel curtida de experiencias, entre ellas, la del secuestro que sufrió cuando viajaba en el barco turco ‘Mavi Marmara’ que se dirigÃa a Palestina.
-¿Qué encontramos en el tu libro ‘Viure, morir i nà ixer a Gaza’?
-Encontramos una imagen que tal vez no estemos acostumbrados a ver sobre Palestina. Los grandes medios nos muestran la guerra, la destrucción. Pero en este libro encontramos belleza, familias, alegrÃa. Lo que es la vida cotidiana allà y podrÃamos decir que es el rostro humano de Palestina.
-¿Por qué contar este contrapunto?
-Porque vivà tres meses en la Franja de Gaza y me hice muchas reflexiones como periodista. No vi nunca ningún periodista internacional y cuando comenzó la guerra comenzaron a venir muchos. Mis reflexiones pasan por ver si el periodismo está obligado a solo mostrar el horror del ser humano.
-¿Qué es lo que más te impactó en esos tres meses?
-La principal es que se me rompieron todos los estereotipos que tenÃa creados al respecto. Cuando llegas a Gaza, lo que te encuentras es una sociedad muy organizada, muy culta, con un alto nivel de alfabetización, muy educada, muy solidaria y hospitalaria y eso es muestra de un paÃs muy desarrollado y eso no es habitual en los paÃses de la zona. Porque ellos han priorizado la educación y son muy sensibles hacia la historia o la cultura.
-¿Qué se deberÃa saber sobre Gaza y que no se sabe todavÃa?
-Hay dos niveles. El polÃtico que impide que dos millones de personas, que llevan casi una década encerradas en un territorio de 40 km de largo y que no pueden ni entrar ni salir. Y eso está pasando hoy en dÃa. Es decir, en la zona se produce una violación de los derechos humanos. A nivel humano podemos aprender que, a pesar de estas circunstancias tan dramáticas, Gaza es una sociedad que no se ha rendido a la desesperación ni a la venganza. Me he encontrado amor por la vida, la familia sin odio ni rencor.
-Cuando estás fuera de Valencia ¿cómo se ve esta tierra desde otros lugares?
-Después de estar fuera me doy cuenta de que la imagen que encuentro de Valencia es una imagen distorsionada. Los medios de comunicación solo hablan de corrupción o delincuencia. Pero cuando vuelvo me encuentro gente muy trabajadora, emprendedora, gente honrada y que trabaja por la cultura. ¿Por qué eso no es noticia? ¿Por qué nadie cuenta nuestra historia milenaria? ¿Por qué nadie la conoce? La culpa es del periodismo que está fallando a nivel global. El periodismo debe volver a contar las historias reales y debe hacerlo desde abajo, desde el pueblo.
-Has vivido experiencias trágicas en Gaza incluso has padecido un secuestro en alta mar. ¿El miedo ha sido tu mejor arma de defensa?
-El miedo tiene muchas caras. Pero creo que el peor miedo es el que no tiene sentido. Cuando haces lo que crees que es justo y lo correcto, ese miedo debes aprender a dominarlo. Yo he tomado el ejemplo de las gentes de Palestina. Cuando ves que ellos son capaces de vivir sabiendo que pueden ser asesinados, te das cuenta del valor de la vida y de su fragilidad. Ese miedo te empuja a seguir y valorar la vida como un milagro. Y el peor miedo es a una muerte sin sentido.
-¿Todas tus vivencias te han afectado profesionalmente?
-Todas son pruebas y deberÃamos aprender de ellas. Y eso es lo que he aprendido en Gaza o Venezuela. La vida es paciencia y continuar y todo lo que vives te enseña. Yo he aprendido a escribir o a hacer documentales a través de las experiencias vividas.
-¿Y te ha afectado psicológicamente?
-Los psicólogos utilizan el termino resiliencia que es la capacidad del ser humano a afrontar los duros golpes de la vida y aprender de ellos. En Palestina he aprendido que hay valorar cada golpe de la vida, aprender y unirte más a los tuyos. Y es lo que quiero transmitir a mi gente.
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