David Torres, en una imagen de archivo. EPDA
David Torres, en una imagen de archivo. EPDAVive la producción ecológica un boom dentro de la Comunitat Valenciana?
Podría decirse que sí si entendemos el boom no como una burbuja sino como un modelo de producción, distribución y consumo consolidado que además mantiene la capacidad de atraer a nuevos operadores cada año gracias a los valores de protección medioambiental, dinamización del sector agroalimentario o desarrollo de vínculos con el territorio.
¿Es una moda pasajera o ha llegado para quedarse?
La forma de producir, más sostenible, y de consumir, de forma segura, saludable y desde un comportamiento crítico y alineado no solo con la protección del medio ambiente sino también con los precios justos para la persona productora, ya sea agricultora, ganadera o del sector pesquero, no se entiende como una moda sino como un cambio de modelo estructural. Una transición en la que las administraciones debemos cumplir un papel acompañante para facilitar la transformación de modelo productivo y promover su viabilidad.
Las políticas europeas en los últimos años apuestan por modelos de agricultura sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, en este contexto la producción ecológica encaja totalmente en este tipo de modelos de producción. El documento de la Comisión Europea “De la granja a la mesa” señala que la Comisión impulsará el desarrollo de los cultivos ecológicos en la UE con el fin de que en 2030 el 25% de todas las tierras agrícolas se dedique a la agricultura ecológica. Así pues, la apuesta es clara y con recorrido.
¿En qué posición se encuentra la Comunitat, a nivel nacional, en cuanto a producción ecológica?
La Comunitat Valenciana, aunque por Comunidades Autónomas ocupa el cuarto puesto en superficie y operadores de producción ecológica, por detrás de Andalucía, Castilla la Mancha y Cataluña, es la que registra un mayor crecimiento en todos los indicadores duplicando la tendencia ascendente de la media española.
Este incremento que multiplica por dos la media estatal, frente al 4,8% de crecimiento en superficie ecológica certificada la Comunitat sube un 11,7%, demuestra el interés que suscita la producción agraria ecológica en nuestro territorio y el impulso que ha supuesto el I Plan Valenciano de Producción Ecológica 2016-2020 (que prepara ya su segunda edición) para facilitar y motivar el salto de calidad en este tipo de producción que deja ya una cifra de negocio de 518 millones de euros en la Comunitat y que representa el 18,2% de las tierras de cultivo del conjunto del territorio.
¿Ha cambiado mucho en los últimos años?
Aunque es cierto que en la última década la evolución del sector ecológico no ha dejado de crecer, el incremento de los últimos 4 años en la Comunitat Valenciana ha supuesto un salto de calidad, que las cifras reflejan.
En 2015 partíamos con un 4,5% de superficie de tierras de cultivo certificada, ahora estamos por encima del 18%. De los 2.251 operadores inscritos en 2015 en el Comité de Agricultura Ecológica de la Comunitat Valenciana (CAECV), en 2019 la cifra había subido a 3.265 que es un 45% más, y el escenario se repite en cuanto a empresas y productores certificados así que creo que estamos en una posición bien distinta y que estoy seguro seguirá en positivo.
¿Favorece esta variante de producción al comercio de proximidad?
La noción producción ecológica desde la perspectiva de la administración y así lo entienden también buena parte de los productores, va ligada al concepto de proximidad y de producto de temporada. La producción ecológica no es solo sostenible desde el punto de vista fitosanitario, varietal, paisajístico y técnico sino que también debe promover una huella de carbono que complete el círculo de la apuesta sostenible, y eso se consigue con la proximidad entre productor y consumidor final.
¿Qué diferencia de rentabilidad puede sacar un productor local que apueste por la producción ecológica, frente a la tradicional?
Aunque hay un componente de mayor rentabilidad, beneficiosa para dignificar la producción que se ha revelado como esencial en el actual contexto de crisis sanitaria, sobre todo quisiera destacar la alternativa que supone de modelo atractivo para los jóvenes que está ayudando a resolver uno de los principales problemas a los que se enfrenta la agricultura: el relevo generacional en el marco social y el abandono de tierras en el marco ambiental. Con el impacto que conlleva en términos de desertificación, erosión del suelo y pérdida tanto de recursos como de patrimonio.
¿Apostamos los valencianos por el consumo de producción ecológica o es un producto que tiende a exportarse?
España es el primer productor ecológico de la UE y el cuarto del mundo, una potencia europea y mundial en producción ecológica así que la exportación tiene un importante peso para el sector que abastece a países con una gran implantación del producto eco en la cesta de la compra como Dinamarca, Austria o Suecia, y también a otros países extracomunitarios como EEUU o Japón. Pero la apuesta de la administración por potenciar el mercado interior se está consolidando y cada vez podemos encontrar más productos ecológicos en los lugares habituales de compra y cerca de nuestros hogares.
¿Qué productos y variedades ecológicas se producen en mayor cantidad dentro de la Comunitat?
La producción ecológica en la Comunitat Valenciana es eminentemente agrícola. Por superficie de cultivo lidera el viñedo con más de 12.000 ha de superficie certificada, seguido de los frutos secos, el olivar para aceite, los cereales, los cítricos, los frutales y las hortalizas.
Nuestro territorio es también una potencia en industria agroalimentaria ecológica, es la segunda a nivel estatal en número de actividades industriales dedicadas a la producción vegetal. En este apartado destacan las de manipulación y conservación de frutas y hortalizas (que representan el 38% del total).
¿Qué comarcas valencianas destacan dentro de la producción ecológica?
Las comarcas de la provincia de València representan el 46,1% del total de superficie ecológica y entre su máximo exponente se encuentran los viñedos de Utiel-Requena. Destacan también las comarcas de la Vall d’Albaida en frutales, el Vinalopó Mitjà en almendro y la Vega Baja en cítricos, concretamente limones.
¿De qué manera impulsa la administración autonómica la producción ecológica?
La puesta en marcha en 2016 del I Plan Valenciano de producción ecológica marca sin duda un punto de inflexión en el impulso de la administración. Un Plan 2016-2020 ampliamente trabajado con todas las entidades interesadas, abierto, coparticipado y que centra su éxito en esa suma y en dar respuesta a una necesidad muy demandada.
El crecimiento exponencial de la producción ecológica, de hecho, ha coincidido con la puesta en marcha de este Plan que ha destinado 78,76 millones de euros a favorecer la certificación y acompañar a los productores en la transición hacia el cultivo ecológico, y que ahora mismo está definiendo en su segunda edición 2021-2025 desde la misma voluntad de sumar a todas las voces y aportaciones posibles.
¿Y de qué forma impulsa su consumo?
El I Plan se ha centrado en el impulso a la certificación porque es importante contar con una base sólida de producción que nos permita abordar nuevos objetivos adicionales muy centrados en la distribución y la promoción del consumo. En esta materia, sin embargo, ya hemos puesto en marcha actuaciones como la del consumo ecológico en centros y comedores escolares, creando un marco de nuevos hábitos de consumo de frutas y hortalizas ecológicas y en fresco, fundamentos de la alimentación saludable frente a los ultraprocesados, así como la marca 'Molt de Gust' avalada por la Generalitat que sirve de sello y garantía de calidad para el consumidor y que agrupa a los productos ecológicos y de figuras de calidad diferenciada.
¿Es el precio uno de los motivos que contiene todavía a la población a la hora de apostar por este tipo de producción?
Lo cierto es que lo que vemos es que la apuesta por la producción ecológica va aparejado de un incremento exponencial del consumo. Los datos del Ministerio reflejan que entre 2010 y 2019 el gasto por cápita en productos ecológicos se multiplicó por 7 y la tendencia al alza continúa. En este sentido la entrada de productos y gamas ecológicas en los supermercados junto a la venta online ha potenciado este tipo consumo, que ya no obliga a desplazarse a establecimientos especializados y que se une a la oferta convencional. Con todo la distribución es uno de los ejes que atravesará el nuevo plan para acortar distancias entre productor y consumidor.
En términos de salud: ¿Cuáles son los principales beneficios de apostar por el consumo de esta variedad.
En la agricultura de producción ecológica solo están autorizados fitosanitarios naturales o de bajo riesgo para la salud del planeta y las personas, abonos orgánicos y algunos fertilizantes naturales, por tanto reducimos el riesgo para los aplicadores y los residuos en los alimentos, mientras que en el caso de la industria cárnica no se emplean hormonas, ni antibióticos. No obstante y dicho esto la producción agroalimentaria en España y en la Comunitat Valenciana cumple con unos estándares muy altos de seguridad, de manera que la apuesta ecológica normalmente se alinea con los valores de protección del medio, consumo de proximidad y bienestar animal.
¿La producción ecológica es más vulnerable que la producción normal ante el cambio climático y el clima especial de la zona mediterráneo (gotas frías, sequías…)?¿Cómo se está adaptando?
Todo lo contrario. La producción ecológica suele utilizar variedades tradicionales y autóctonas, estas variedades están adaptadas a las condiciones de sus zonas de cultivo, y son en general rústicas, con cierta capacidad a tolerar estreses bióticos y abióticos, por tanto se adaptarán mejor al cambio climático.
No solo no es más vulnerable, sino que podemos afirmar que además de ser más resiliente, por el uso de estas variedades más rústicas, sus técnicas suelen tener efectos positivos sobre la mitigación del cambio climático. Consumen menos energía en el global del cultivo (sobre todo por la prohibición de abonos nitrogenados de síntesis y algunos biocidas que son grandes consumidores de energía, lo que se traduce en menos emisiones), y ciertas técnicas, como el uso de las cubiertas vegetales, setos vivos o pastos mediterráneos para el ganado, tienen un efecto de captura de CO2 mensurable y un menor consumo de energía. En este sentido, hay que destacar que una de las medidas de mitigación del cambio climático del Informe de la Estrategia de Cambio Climático y Energía de la Comunitat Valenciana 2020-2030 es fomentar la agricultura y la ganadería ecológicas, así como sus modelos de transición.
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