Un pasajero con mascarilla pasa por delante de un panel informativo del aeropuerto de Lisboa, en una imagen de este lunes. EFEDe escapada en Portugal o de escala en Lisboa tras viajar a un destino
lejano, el regreso a casa de ciudadanos españoles varados en Portugal,
como una pareja de Valencia, se ha convertido en toda una aventura, tras
el cierre de la frontera y la suspensión de los vuelos entre ambos
países.
La suspensión del tráfico aéreo entre Portugal y España,
que entró en vigor en la noche del lunes, ha sorprendido en territorio
luso a muchos españoles que tenían sus billetes comprados, no alcanzaron
a cambiarlos y deben volver por carretera.
Es el caso de casi
una veintena de españoles que viajaron hoy en autobús de Lisboa a Elvas,
junto a la frontera con Badajoz, con destino a ciudades tan dispares
como Bilbao, Barcelona o Valencia y que han relatado a Efe su
atropellada carrera por regresar a sus hogares.
Gema Gómez, de
Valencia, fue a pasar varios días de turismo a Oporto con su novio.
Tenían planeado volver con Vueling el día 19, pero su vuelo fue
cancelado. Compraron otro billete para viajar con TAP el día 16, pero la
aerolínea portuguesa también lo retiró y se quedaron en tierra.
Sin
opciones, acudieron a la embajada de España en Lisboa en busca de una
solución, pero, lamenta Gema, no lograron la ayuda que esperaban.
"No
nos han abierto la puerta, no han tomado el DNI, no han registrado
nada. Nos han dado un papel diciendo cuáles eran los puntos de frontera
abiertos de Portugal a España", cuenta.
Contactadas por Efe,
fuentes de la Embajada confirmaron que están recibiendo múltiples
llamadas y visitas de afectados, aunque no consiguen cifrar cuántas, y
aseguran que se les está asesorando sobre cómo salir del país.
Se ha reforzado el servicio de emergencia consular de 24 horas, pero reconocen que las líneas están "continuamente ocupadas".
Gema
explica que en la embajada les recomendaron que alquilaran un coche,
pero esta alternativa se ha convertido en una opción casi de lujo que
muchos no pueden permitirse.
Ante la paralización del turismo y
la suspensión de otros transportes, las compañías de alquiler de coches
han encarecido sus precios hasta el punto de que rentar un coche en
Lisboa para devolverlo ese mismo día en Badajoz, por ejemplo, puede
costar un mínimo de 660 euros, según las tarifas consultadas por Efe.
A
Gema y a su pareja les pedían 2.800 euros por permitirles llevar el
coche desde Lisboa hasta Valencia. Tuvieron que descartarlo.
Al
final, una amiga de España les encontró un autobús hasta Elvas, desde
donde pretenden llegar a la frontera y buscar una solución para
continuar camino a Valencia desde Badajoz.
En el mismo autobús
viaja Roberto, de 41 años, que estaba en Brasil y quería regresar a
Barcelona. Después de varios vuelos cancelados, encontró una conexión
con escala en Lisboa, pero al llegar a la capital lusa ya no podía volar
a España por la suspensión del tráfico aéreo entre ambos países.
De
Brasil también vienen Ane Martínez, de 24 años, y otras cuatro personas
con las que ha estado un mes de viaje en ese país latinoamericano.
Tenían previsto volver a casa, en Bilbao, con escala en Lisboa, pero no
ha sido posible.
A este grupo de españoles incluso estuvieron a
punto de impedirles subir al avión en Brasil ante la perspectiva de
quedarse atrapados en Portugal, pero consiguieron convencer a la
aerolínea de que les dejase volar a Lisboa para buscar después la manera
de llegar a España por vía terrestre.
Todos ellos acudieron a la
embajada, pero coinciden en que allí sólo se les informó de los puntos
por los que está permitido atravesar la frontera terrestre.
Cuando lleguen a Elvas, se desplazarán en taxi al puesto fronterizo y, tras cruzar a pie, se trasladarán a Badajoz.
Allí,
la odisea continuará: tendrán que descubrir cómo recorrer los cientos
de kilómetros que todavía les separan de su casa en un país en estado de
alarma.
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