Jaime NavarroY ya se sabe. Encerrarse en casa como hicimos en marzo, abril y mayo del 2020, no nos relevó de ocupar uno de los primeros lugares del mundo en número de muertos por cada cien mil habitantes. Y estamos hablando de más de 200 países. Por lo que ocupar los primeros puestos en mortandad por el Covid 19 no puede ser casualidad sino consecuencia.
Lo mismo le sucedió a Argentina que aún tuvo un confinamiento más largo y también ocupa, junto con nosotros, uno de los primeros puestos en muertos por cada cien mil habitantes. Por lo tanto a estas alturas, el seguir defendiendo el confinamiento severo en nuestras casas con paralización de la educación y la economía es un alevoso atentado contra nuestra vida y nuestro sustento. Y ya lo hemos experimentado. Y sobradamente. Por lo que ahora, el que lo defienda no puede alegar ignorancia.
Y en ello coinciden las múltiples estadísticas que nos indican que la mayoría de los contagios y con diferencia, se producen en el ámbito familiar. Por lo que a estas alturas el seguir defendiendo que nos vuelvan a encerrar en general en nuestras casas es un gravísimo atentado contra nuestra salud y nuestra economía. En definitiva contra nuestra vida y nuestros derechos humanos más básicos. Y ya hay un pleno y contrastado conocimiento de ello. Por lo que el gobernante que en la actualidad lo ordene está actuando contra la población. A sabiendas. Y con mala fé y alevosía.
Hoy cuando escribo esto, en Madrid hace meses que han doblegado la curva de contagios desbocados. Y la hostelería hace tiempo que abre con normalidad hasta las 12 de la noche, salvo restricciones particulares en determinadas zonas o barrios. Por lo que el sistema que funciona ya está comprobado. Sólo hay que copiar. No es tan difícil. En lugar de criticar al vecino, aprendan de él. Guárdense por una vez esa soberbia y esa estupidez que les caracteriza y no sigan por la ruta de perseverar en la inutilidad y en la ignorancia. Sólo imiten lo que funciona. No es pedirles demasiado.
Por lo que actualmente volver a decretar un confinamiento indiscriminado de los valencianos en arresto domiciliario, sería un crimen de lesa humanidad contra nuestra salud y nuestra vida. Y ya con pleno conocimiento de ello. Pues ya todos sabemos lo que funciona contra la pandemia. Y lo que no funciona. Y si ustedes como gobernantes estos meses lo que han hecho es tomar medidas equivocadas, entre otras cosas no proveer las plazas hospitalarias necesarias con medios adecuados, es de nuevo su criminal responsabilidad. Porque durante este tiempo no han tomado ninguna medida de austeridad que restringiera el gasto político desbocado, mientras seguían desatendiendo estas necesidades de salud básicas para evitar un nuevo colapso en los hospitales y en la atención primaria.
Por ello asuman ustedes sus responsabilidades de una vez y adopten las medidas precisas para atender las urgencias médicas de los valencianos. Dediquen pues el presupuesto a lo que es menester. Recortando para empezar su gasto político absolutamente innecesario y descontrolado. Y no nos vuelvan a encerrar indiscriminadamente en un ejercicio ya doloso contra nuestra vida, nuestra salud y nuestra economía. Porque además ya sabemos que no ha funcionado. Pues repetimos, a ver si de una vez se enteran: España en los meses de marzo a mayo de 2020 sufrió un confinamiento severísimo y a su vez ocupó uno de los primeros puestos mundiales en muertos por cada 100 mil habitantes. Al igual que Argentina.
No nos vuelvan a matar de esa manera. Esta vez ya sería un crimen absolutamente imperdonable. Doblemente.
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