Pablo Gil (derecha) junto al embajador de Ucrania en España ,Serhiy Pohoreltsev (izquierda) en una foto compartida por la embajada de Ucrania /EPDA La crisis militar con Rusia tiene consecuencias inesperadas para toda Europa, y eso incluye a la Comunitat Valenciana. Entre ellas está el comunicado público que el cónsul honorario de Ucrania en la Comunitat, Pablo Gil, ha remitido a los medios valencianos pidiendo desesperadamente ayuda para el pueblo ucraniano.
En una carta abierta llamada “Sanciones Valencianas a Rusia” el cónsul honorario pide “como cónsul de Ucrania y valenciano” que se posicionen contra la agresión rusa. “No podría entenderse que una sociedad democrática como la valenciana y sus instituciones públicas, empresas públicas, universidades públicas y privadas, asociaciones empresariales o cívicas participen en cualquier iniciativa que favorezca al régimen totalitario y belicoso de Putin, o que con su pasividad se conviertan en cómplices silenciosos de su violación global de la paz y los derechos humanos”.
Y es en este sentido en el que Pablo Gil señala a dos nombres propios, el del consul honorario de Rusia en la Comunitat, Ramón Congost Vallés, a quien pide que dimita ante la agresión rusa a Ucrania y a la mismisima Universitat de València, institución a la que acusa de haber “dejado de estar al servicio de la paz, como mandan sus Estatutos”.
El centro de la polémica está en que la Universitat mantiene contactos con Rusia albergando un Centro Ruso dependiente de la fundación pública rusa “Russkiy Mir (Mundo Ruso) creada por Putin y la que el cónsul considera “vocera de la propaganda bélica militarista, además de factor sociopolítico de la guerra híbrida”. Además acusa a la institución de haber “ profundizado como ninguna otra universidad española” con la universidad presidencial rusa RANEPA (Russian Presidential Academy of National Economy and Public Administration)con la que la UV ha emprendido un doble grado internacional precisamente en Ciencias Políticas.
Valencia está hermanda con Odesa
Además de pedir la solidaridad con el pueblo ucraniano y todo la ayuda posible “política, económica y defensiva” para el país, el cónsul pide la suspensión de toda relación institucional con “Rusia y sus agentes en la Comunitat Valenciana, señalando Las relativas a la promoción de relaciones comerciales con Rusia y de transferencia tecnológica o similar”, o las “relativas al turismo o inversión, que aprovechan las élites extractivas rusas.
Por supuesto el cónsul pide la condena “unánime” de todas las instituciones valencianas, señalando principalmente al ayuntamiento de Valencia que está oficialmente hermanado con la ciudad rusa de Odesa.
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