Senderistas en La Mosquera. Foto: EPDA.
Partimos desde la localidad de Almedíjar: tras callejear y descubrir
enclaves pintorescos, nos adentramos por el barranco de Almanzor, para abocar a
la fuente anónima, donde una leyenda morisca
cuenta que “tras la rebelión, uno de los capitanes Zelín Almanzor,
estando necesitado de sed, una joven cristiana pactó con el caudillo su
libertad a cambio de llevarlo a esta fuente”, la traducción popular a
perpetuado en este paraje el nombre musulmán.
El sendero que recorremos es estrecho y rodeado de frondosa
vegetación, serpenteando el lecho del barranco y disfrutando de un entorno
excepcional, tras remontar la vaguada, abocamos a la pista del collado de Ibola
y desde este enclave, remontamos por un sendero hasta el cerro Gordo, uno de
los parajes descritos en anteriores rutas.
Una vez que descendemos hasta el collado de Peña Blancas, iniciamos el
regreso de la ruta por la senda que nos conduce hasta La Mosquera, todo un
espectáculo visual, pues nos adentramos en una zona emboscada de alcornoques,
posiblemente el reducto mejor conservado de todo el parque natural, llegamos
hasta la masía de La Mosquera que data de 1861.
Tras el pertinente receso, y evocar la historia de la mencionada
construcción, continuamos nuestro camino por la pista forestal que aboca a la
carretera que llega desde Aín, remontándola unos centenares de metros, debemos
fijarnos en una senda que nace a la izquierda de la calzada y que en un fuerte
descenso, aboca al sendero de inicio de esta ruta.
Magnifica ruta con preciosas vistas y enclaves para enmarcar en el
álbum de los recuerdos imborrables.
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