Imagen de archivo de un manojo de granos de soja. EFE/Archivo
Un ensayo clínico ha evaluado en humanos la eficacia del tratamiento con genistína, un polifenol químicamente definido presente en la soja y que se ha demostrado que tiene propiedades beneficiosas sobre enfermedades relacionadas con la edad, que podría mejorar la función cognitiva de pacientes con enfermedad de Alzheimer prodrómica y retrasar su progresión.
El ensayo clínico, denominado Genial, ha sido desarrollado por personal investigador del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico de València, en colaboración con el Consorcio Hospital General de València y el Hospital La Fe de València, según un comunicado de la primera institución investigadora.
El estudio piloto en humanos partía de un estudio previo del mismo grupo de investigadores en un modelo de Alzheimer en ratones, que demostró la efectividad del tratamiento con genisteína.
Para llevarlo a cabo se ha empleado un suplemento nutricional con genisteína, un agente multimodal que actúa, entre otros mecanismos, como antioxidante, como antiinflamatorio y como protector contra proteínas específicas de la enfermedad de Alzheimer.
Durante el ensayo, se evaluó el efecto de la suplementación oral diaria con 120 mg de genisteína durante 12 meses en 24 pacientes con enfermedad de Alzheimer prodrómica, que se caracteriza por la aparición de síntomas cognitivos, sobre todo problemas de memoria para recordar hechos recientes, sin interferir sobre la capacidad para el desempeño de las actividades de la vida diaria.
MEJORA COGNITIVA SIGNIFICATIVA
Estos "resultados alentadores" sugieren extender el estudio con un número mayor de pacientes para confirmar las conclusiones previas surgidas de esta investigación, según informa el INCLIVA en un comunicado, en el que destacan que el tratamiento con genisteína "dio como resultado una mejora significativa en dos de las pruebas cognitivas utilizadas y tendencia a mejorar en el resto".
El análisis de depósito de proteínas dañinas en la enfermedad de Alzheimer mostró que los pacientes tratados con genisteína no aumentaron su captación en zonas específicas del cerebro después del tratamiento, mientras que los tratados con placebo lo aumentaron.
Además, no se observaron cambios significativos en otras áreas del cerebro estudiadas y la genisteína fue muy bien tolerada por todos los pacientes, según las mismas fuentes.
FRENAR LA PROGRESIÓN DE LA ENFERMEDAD
Retrasar la progresión de la enfermedad, desde la fase de transición del deterioro cognitivo leve a la demencia es un elemento importante en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.
Los signos patológicos de esta aparecen décadas antes del inicio de los primeros síntomas, siendo el enfoque terapéutico ideal a largo plazo, con sustancias seguras, mínimamente invasivas y eficaces que pudieran administrarse sin problemas durante mucho tiempo.
Según las fuentes, existe una "necesidad imperiosa de desarrollar nuevos medicamentos para frenar la progresión de la enfermedad del Alzheimer y evitar que se llegue a la fase de demencia".
EQUIPO INVESTIGADOR
El estudio, cuyos resultados acaban de publicarse en "Alzheimer’s Research & Therapy", tiene como director a José Viña, investigador principal del Grupo de Investigación en Envejecimiento y Ejercicio Físico de Incliva, jefe de grupo del Centro de Investigación Biomédica en Red Fragilidad y Envejecimiento Saludable (Ciberfes) en Incliva y catedrático de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UV.
La subdirectora es Consuelo Borrás, investigadora principal del Grupo de Investigación en Envejecimiento Saludable de Incliva y de Ciberfes y catedrática de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UV. Ambos son del grupo Freshage de la Universitat de València.
Este ensayo clínico fase II, bicéntrico, doble ciego y controlado con placebo, se ha desarrollado en los departamentos de Neurología de dos hospitales públicos de València: el General, bajo la dirección de Escudero, y La Fe, bajo la dirección de Baquero. Además, se ha contado con la intervención de Juan Antonio Carbonell, de la Unidad de Bioinformática y Bioestadística de Incliva.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia