Ayer se presentaba en la Universitat Politècnica de València “'El
finançament dels valencians. De la submissió al canvi
necessari”, un libro escrito por Vicent Cucarella y editado por
Bromera que analiza la grave situación de las finanzas públicas
valencianas, un tema que, según el autor, “afecta a todo, al
precio de las matrículas que pagan los universitarios y a lo que
tarda un centro de salud en darle cita a un paciente”.
En
la presentación, han intervenido buena parte de los especialistas
que formaron parte de la comisión de expertos en financiación
autonómica, creada por el entonces conseller Manuel Vela, que ha
moderado el debate. Estaban desde Rafael Beneyto Cabanes –analista
financiero– hasta Francisco Pérez García, director del IVIE,
pasando por José Antonio Pérez García, gerente de la
Universitat Politècnica de València e Ismael Fernández
Guerrero, catedrático de Estructura Económica de la Universitat
de València, Completaba la mesa el director general de Tributos y
Juego de la Generalitat Valenciana, Vicent Peiró,
“La
Comunitat Valenciana es pobre”
En
su intervención, Vicent Cucarella ha explicado que “a pesar de
lo que comúnmente se cree, la Comunitat Valencia es pobre –tiene
una renta per cápita un 12% inferior a la media– y, sin
embargo, aporta a los ingresos del Estado más de lo que recibe.
Añadido a esto, además, lleva 20 años recibiendo de la
Administración Central una inversión inferior a la media
española.”
En
su opinión, “el problema viene de lejos. Cuando la Comunitat
Valenciana recibió las competencias de la Administración
central, se le adjudicó el presupuesto de lo que entonces costaba
mantenerlas. Pero, en aquella época, el territorio estaba
pobremente dotado de servicios, con lo que recibió pocos
ingresos. Y empezó una etapa en la que la Comunitat tuvo que
completar esos servicios a todas luces insuficientes y mantenerlos
con un presupuesto que no estaba asignado”.
Al
respecto de este frente abierto, José Antonio Pérez García,
gerente de la UPV y miembro del equipo que negoció el traspaso de
competencias, ha añadido “en aquel entonces, se prometió un
fondo de nivelación, que permitiría corregir los desequilibrios
posteriores que surgieran. Y nunca se habilitó. Esto fue un
incumplimiento flagrante y nadie ha efectuado una reclamación a
instancias superiores.”
“No
es un problema de gastos ni de despilfarros”
Vicent
Cucarella ha retomado la palabra para insistir en que “frente a
lo que cree la opinión pública, el problema de los valencianos
no tiene que ver con los gastos asociados a los grandes eventos o
las grandes obras o con los despilfarros que todos conocemos –o
por lo menos, no principalmente–. La suma de todas las grandes
inversiones (Palacio de las Artes, Ciudad de la Luz, el circuito
de fórmula 1…) –incluidos los sobrecostos, que es un tema que
debe juzgar la justicia– supone una cantidad muy pequeña del
conjunto de la deuda pública que tienen los valencianos. La
etiqueta de derrochadores es una realidad parcial.”
En
ese punto, Manuel Vela ha intervenido para reclamar que la
sociedad civil se implique en este tema. “Hasta hace tres años
no se hablaba de la escasa financiación de los valencianos. Y,
cuando los especialistas empezaron a señalar el problema, los
agentes sociales no se implicaron. Fue entonces cuando la comisión
de expertos vino a agitar las conciencias.”
Finalmente,
José Antonio Pérez ha concluido que “es necesario alejar de
este asunto el debate político y conseguir un consenso dentro de
la propia Comunitat Valenciana. Sin él, será muy difícil buscar
el consenso fuera. La Generalitat es totalmente inviable, a medio
y largo plazo. No se puede sostener. Por eso es tan importante el
compromiso de la sociedad valenciana.”
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