Una nueva amenaza se cierne sobre el puerto de Valencia. /EPDALa Autoridad
Portuaria de Barcelona (APB) ha hecho público sus planes de
expansión para pasar de mover 3,5 millones de contenedores al año a
unos “7 u 8 millones”, palabras textuales del presidente de la
Autoridad Portuaria barcelonesa Daniel Calvet, en el año 2030. Estas
cifras son una amenaza para el actual dominio del puerto de Valencia
que cerró 2019 moviendo 5,4 millones de contenedores y con un
crecimiento que sólo la paralización de la economía por el COVID
de 2020 logró romper.
Los planes
barceloneses pasan por una inversión de 600 millones de euros
repartidos en un periodo de ocho años, y aunque desde la APB se
afirma que será en su mayor parte privada, ya se ha desvelado que el
ente público habilitará nuevos muelles y terminales en su zona Sur
con la intención de incrementar la capacidad del puerto y
convertirlo en el “gran HUB de mercancias del Sur de Europa”.
Gran parte del plan
pasa por las mejoras ferroviarias en el puerto de Barcelona, los
continuos retrasos del Corredor Mediterráneo, y el extraño
desarrollo que los diferentes gobiernos de España diseñaron para el
mismo, han desarrollado algunos ramales anexos al Corredor, como el
proyecto CLYMA que ha favorecido la conexión entre Madrid y Lyon a
través de los puertos catalanes, han colocado a Barcelona en una
posición ventajosa para crear un nodo con cuatro terminales
ferroviarias (algo que supondría otra inversión a parte), que le
permita distribuir las mercancías que crucen el canal de Suez hacia
el Norte de Europa mucho más rápido que Valencia.
En este sentido,
cabe destacar que los planes de Barcelona permitirán ampliar su zona
de influencia captando gran parte de las empresas de Aragón,
territorio que se disputa con Valencia, todo el Norte de España y
una parte del Sur de Francia.
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