Manuel J. Ibáñez Ferriol. /EPDA El pueblo ha hablado. Y se ha expresado de forma que pide cambiar la política nacional ya que la actual ha quedado obsoleta. No sabemos si la convocatoria responde a una rabieta de niño perdedor o a una estrategia bien estudiada que sirva para lesionar a los contrincantes. De las mentes enfermizas todo cabe, pero por esta vez seamos inteligentes y no alimentemos a la presa que la sociedad quiere sustituir.
Los cantos de sirena que nos traen los vientos peninsulares, al parecer tienen las antenas intuitivas colocadas pensando ya en que puesto de prestigio “internacional” ocupara el actual presidente del gobierno, ya que el varapalo del día 28 de mayo lo ha dejado noqueado. Quizás le busquen un puesto en temas económicos o militares, aunque se le podía buscar un cargo más social, acorde con la ideología socialista, pero no sabemos si el candidato sabría responder de forma correcta.
Eso si, ha sido incapaz de felicitar al candidato a presidir las Cortes de Castilla-La Mancha. Su sentido “institucional” lo debe tener atrofiado porque ante un único éxito, cabe por lo menos el reconocimiento y la satisfacción de que un compañero sea capaz de convencer a los castellano-manchegos. Pero no, ni llama ni se espera que lo haga. Hay algo que se llama “educación”, pero al parecer el candidato Sánchez la desconoce y no la pone en práctica. Lástima.
Y relacionado con sentido “institucional” los españoles que llevamos todos un rey en la barriga, somos incapaces de sacrificar unas horas de nuestras vacaciones para servir a nuestra patria, ocupando los cargos que la Junta Electoral designe. Solo sabemos argumentar que “las vacaciones son sagradas”. Creo que no tenemos sentido del deber patrio. Y así nos va. Lo primero -al menos para mi- es servir al conjunto de los españoles ocupando nuestra plaza de presidente o vocales de mesa electoral. Si queremos que luego se nos gobierne de forma correcta, nuestra primigenia obligación es prestar este servicio. Pero no. Anteponemos las vacaciones, el calor, el tedio, las enfermedades inventadas o cualquier excusa para no cumplir con el deber ciudadano más importante: ser los garantes de la limpieza de las elecciones. Pensemos bien que haremos, porque tenemos en juego nuestro futuro y el de las generaciones venideras.
En la cuestión del voto, debemos mantener lo que ha resultado en los comicios celebrados el pasado día 28, si de verdad queremos cambiar y prosperar. El partido ganador es el garante de que tomará su timón de forma correcta y comenzará a aplicar medidas siempre a favor de la sociedad española en su conjunto. Hay que seguir navegando en forma rectilínea y no dando bandazos como hasta el momento presente.
Unidos, vamos a hacer que nuestra España, y en concreto nuestra Comunidad Valenciana, recupere prestigio, poder, saber y avances dentro del club europeo y mundial, para lo que debemos estar siempre preparados. Votemos en conciencia y sabiduría como lo hemos hecho hasta ahora.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia