Jaime Navarro./EPDAAtónitos asistimos esta semana a como en nombre de conceptos modernos como el progreso o el feminismo, lo único que al parecer nos preocupa es sí la honra, libertad o integridad sexual de una campeona del mundo, es más importante que el propio campeonato del mundo logrado. Pues es obvio que se ha prestado mucha más atención a un beso robado, o a un mandril sobándose los huevos en público, que a tamaña proeza futbolística. Sin lugar a dudas de muy difícil consecución y por ello claramente histórica. Y tal vez irrepetible.
De igual modo, al aludido simio, se le ha perdonado o permitido y por todas las autoridades, políticas y deportivas, y durante muchos años, toda clase de gravísimos escándalos económicos, como cuando trascendió recién que andaba con PIQUÉ trapicheando oscuras comisiones de decenas
de millones de euros, a cuenta de decisiones que le correspondían por su cargo público como Presidente de la RFEF; o el interfecto se declaró reo del delito de odio al asimismo saberse que rechazaba con saña a clubes de fútbol como el ATLÉTICO DE MADRID, el VILLARREAL, el SEVILLA o el VALENCIA... Los más importantes y con más accionistas y seguidores de su ramo, tras el MADRID y el BARCELONA. Ahí es nada.
Por ello, queda acreditado que actualmente y como siempre, y contrariamente a lo que podría parecer, es más importante la honra, la libertad o la pureza o integridad sexual, en definitiva las cuestiones psicológicas, inmateriales, espirituales, o volitivas, que cualquier otra cuestión o problema real o cotidiano: una inflación desorbitada con el litro de aceite a 9 euros, los alquileres y las hipotecas por las nubes, un sistema electoral antidemocrático que permite a exiguas minorías con un 1,6% de los votos domeñar a amplias mayorias que superan el 45% de los mismos, tener de los peores índices de paro juvenil y femenino de toda la Unión Europea, es decir de 27 países... Todo ello queda pues en nada o en un marginal segundo término, frente a un "beso robado".
Porque lo que nos pone y siempre nos ha embargado al parecer a los españoles, son primordialmente estas cuestiones del alma. Del espíritu. O como se dice actualmente: de la psique o voluntad. De ahí tal vez nuestra larga e inigualable tradición de santos/as, beatos/as, mártires, heroínas y héroes; siendo nuestro personaje arquetípico por antonomasia y cómo no, el ingenioso hidalgo DON QUIJOTE, por el cual se nos sigue identificando en el mundo entero, ya que como es sabido, después de la Biblia es su libro el quizás más célebre y celebrado universalmente; un sujeto el tal Quijote, sumamente estrafalario en efecto, y esencialmente ocupado y preocupado por estas cuestiones inmateriales o intangibles como el bien, el amor, la justicia, la honra, la integridad o pureza de la amada, el valor, el servicio a los demás, la libertad...Y qué se yo...
Por eso no nos quieran vender como progreso o liberaciones o reivindicaciones actuales de igualdad sexual o de géneros, o siquiera novedad alguna, el abuso del presidente Rubiales a su jugadora Hermoso. Todo lo acontecido sobre ello, tanto en los hechos como en la indignación posterior, real o fingida- principalmente hipócrita en el mundo político o de la dirección deportiva- que tal episodio ha suscitado, eclipsando todos lo demás graves acontecimientos del momento; todo ello es, esencialmente, pero eso sí en su version light, semejante a las viejunas tramas de las obras clásicas de LOPE de VEGA o de CALDERÓN de la Barca que, como en FUENTEOVEJUNA- basada en un trágico hecho real- o El Alcalde de ZALAMEA, y estamos hablando del siglo XV, XVI y XVII, lo que preside la acción es el secuestro, abuso y violación de una mujer joven, y la posterior reacción esencialmente del pueblo, de sus vecinos, clamando y ejecutando dura, expeditiva y definitiva venganza por ello. O simplemente buscando la debida justicia, frente al poderoso
que ha abusado de su cargo hasta llegar al crimen contra la dicha joven; por lo cual es físicamente eliminado.
Obras y hechos históricos, que reflejan como el pueblo de este país de países, desde muy antaño ha tenido un mayoritario e innato sentido de protección hacia la mujer, su integridad sexual y vital, en férrea defensa de su libertad o de su honra que se decía antaño, como uno de los bienes supremos o fundamentales de la convivencia y de la tribu; espíritu pues que como hemos visto esta misma semana, ha vuelto a manifestarse a las claras y con toda su profundidad y rudeza en el luctuoso caso dicho del poderoso RUBIALES y de la vejada por éste, la jugadora JENNI HERMOSO.
Muy contrariamente a lo que podría parecer.
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