José Enrique Aguar. EPDAEl resultado de las elecciones
andaluzas del pasado domingo es la constatación, pero no el fin, de
un trayecto político iniciado en España hace cuatro años que ha
acabado con el bipartidismo y que pide a gritos nuevas propuestas que
devuelvan a la ilusión a los ciudadanos.
La supuesta sorpresa de la elecciones
autonómicas en Andalucía ha sido en realidad un voto de castigo
contra Pedro Sánchez y su infame sumisión a los independentistas
catalanes, un voto de castigo a 40 años de corrupción y una
reacción ante el abandono al que PP y PSOE tienen sumidos a los
españoles y a sus necesidades desde hace años.
En este contexto de reacción social se
abren nuevos escenarios y la irrupción de partidos políticos con
opciones de reales de representación forma parte del ecosistema de
nuestro país de una forma creciente. La crisis económica, la pésima
gestión social de Zapatero y Rajoy, permitió nacer al 15M que
alumbró un Podemos que en sólo cinco años ya se ha desfondado,
algo lógico por otra parte cuando el discurso cabe en una pancarta y
no hay nada más detrás. Ahora nacen desde Andalucía otras opciones
en el extremo contrario.
La realidad es que la sociedad demanda
alternativas reales, con nuevos partidos que entiendan que la
política no es ni nueva ni vieja, simplemente hace falta buena
política. Empleo y bienestar social son la base desde la que
reconstruir un proyecto político de centro como el que lideramos
desde Contigo, un proyecto para recuperar la concordia entre
españoles, la sensatez y la cordura en la gestión de las
administraciones públicas.
Personas con sentido de Estado y
preparadas para dar una alternativa a tanto desmán y corrupción de
populares y socialistas, y que no trate de romper con nada, sin
extremismos, ni a un lado ni a otro, una opción que devuelva a los
españoles la fe en sus políticos y en sus instituciones.
Lo ocurrido el domingo en Andalucía es
un "¡Basta ya!" de proporciones épicas. Pero no sólo por
el trasvase de votos entre formaciones y los descalabros entre los
grandes partidos.
Cuando ninguno de los partidos en liza
reflexiona sobre por qué 41 de cada 100 andaluces se quedaron en
casa y no fueron a votar, nuestra democracia tiene un problema. Y se
llama falta de representatividad. 41 de cada 100 andaluces decidieron
que ninguna de las papeletas les representaba.
Si a eso le sumamos el efecto de
irrupción de nuevos partidos políticos que canalizan el sentimiento
de frustración de muchos andaluces, tenemos el resultado que se dio
y que abre las puertas a un cambio de poder tras cuatro décadas.
La falta de autocrítica de los grandes
partidos es inconcebible para los que amamos la política y el
servicio a los ciudadanos. Y ante eso sólo se puede responder con
una opción que de verdad de respuesta a lo que esperan nuestros
vecinos, por eso en las elecciones de mayo vamos a contar Contigo
para cambiar la política de nuestras instituciones.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia