Asimismo, la muerte de
María de Villota fue en su
momento capaz de visibilizar
los esfuerzos de las mujeres
por romper el techo de cristal evidente que existe en un
mundo machista como el del
motor. Y derivó, hasta aquel
instante fatal, en el sueño de
muchas niñas que pensaron
por primera vez que podían
alcanzar el.mismo status que
sus referentes. Hasta entonces, solo masculinos.
Pero la superación real no
está en deportistas que, merced a su talento y a la confianza económica de personas
con muchos recursos, pudieron llegar a la élite. Suele aparecer en pequeñas historias
paralelas que hablan de padres que invierten su dinero,
médicos que cambian vidas
y niñas con la velocidad en
la sangre y la cabeza a prueba de prejuicios.
Lydia Sempere Francés nació con sordera bilateral profunda, pero heredó la pasión
de su progenitor por los coches y los circuitos. Como
ocurrió con muchos de los
grandes nombres de la actualidad, casi aprendió antes a
conducir un kart que a caminar. Y, demostrando una personalidad impropia a la edad
de siete años, quiso competir contra otros niños de su
edad.
Difícil adaptación
La decisión no era sencilla,
ni para ella ni para su familia.
Lydia había sido intervenida
a los dos años de edad para
recibir un implante coclear
en el oído izquierdo, una operación que repetiría por voluntad propia en el derecho
en 2008. Su función mejoró
su vida de manera ostensible:
al introducirle un electrodo
en el oído interno que emite
señales a un receptor de sonido externo colocado en la
cabeza, estimula los nervios
auditivos mediante impulsos
eléctricos y los transmite al
cerebro.
Pero este avance vital no
podía tener transferencia a
los circuitos, por un hecho
tan simple que parecía insignificante. Y no lo era. No
podía introducir el receptor
dentro del casco, lo que mermaba su capacidad competitiva al no poder escuchar ni
el ruido del motor ni el de sus
competidores. Y aun así iba
rápido. Y se desesperaba por
no poder irlo todavía más.
Primeros avances
Sería el Circuit Ricardo Tormo
quien le ayudaría a resolver
el problema. Los entonces dirigentes de la Escuela de karting y del propio recinto, Marco Rodríguez y Julio García,
aprovecharon la amistad del
primero con Marc Gené, representante en España de la
marca de cascos BELL. Quien
viajó a la central en Bruselas y
diseñó uno a medida junto a
los ingenieros y a los propietarios de la firma.
Fue como activar el resorte definitivo. Consiguió su
primera pole y sus primeros
triunfos y llegó a pelear por el
campeonato. De hecho, ha estado dos veces muy cerca de
retornar a las pistas a través
del Campeonato de España
de Resistencia con Renault,
que al ser disputada por dos
pilotos en cada coche reduce los gastos al 50 por ciento.
Falta de apoyos
Pero los sponsors, los patrocinadores, las empresas que
se llenan, y mucho,la boca de
Responsabilidad Social Corporativa y de decir que dan
apoyo al deporte femenino,
todavía no han querido descubrir (y apoyar) su historia.
A pesar de haber visitado a
muchas compañías desde que
tratara dar el salto en 2014.
A pesar de ser incapaz de no
probar un coche si le dan la
oportunidad. A pesar de cómo se le ilumina la mirada
cuando le hablan. Quién sabe
si a pesar de que la oportunidad esté cerca, por primera
vez en mucho tiempo.