Con la instauración de la democracia en España, afloró el debate sobre las ideologías. Algunos se quedaron anclados en los valores tradicionales; vamos en la derecha. Recordemos que la organización de Manuel Fraga, Alianza Popular, obtuvo 4 escaños en el congreso, otros dieron sus votos continuistas a UCD, el partido de Adolfo Suárez y otros muchos a la izquierda representada fundamentalmente por el PSOE y el PCE, pero mucho más atomizada que la derecha.
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Siguieron unos años en que había autonomías de izquierdas, especialmente la zona sur y otras de derechas, especialmente Castilla León, y las industrializadas Cataluña y País Vasco, más nacionalistas. En mi opinión los nacionalismos también son de derechas.
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Llegaron unos años en que la ideología dejó de ser importante. Dos son los hechos que marcaron este hecho: el quitar de los estatutos del PSOE la palabra marxista y, posteriormente que Alianza Popular pasase a llamarse Partido Popular, además de que el vuelo de la gaviota del PP cambiaba de dirección. No recuerdo bien en que dirección pasó a volar, pero el guiño que hicieron sus dirigentes fue tratar de apropiarse del centro, huérfano desde hacia años.
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La ideología se palpaba en la calle, se convivía con ella. Famosas las pintadas acratas llenas de filosofía; recuerdo unas cuantas: “Ni fam, ni fem, ni fum”, “La única cadena la del Water, el único water, el water” hoy las pintadas que se ven son las de las firmas de los grafiteros, muchas de ellas de dudoso gusto estético.
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Recuerdo un partido de fútbol jugado a las tantas de la madrugada de acratas contra banderas roja, hoy seria difícil incluso de organizar algo parecido, ni siquiera uno de tenis, individual, claro; mucho más fácil organizar una competición de golf en un lujoso complejo hotelero entre jóvenes sin aspiraciones políticas: la culpa del estado de bienestar.
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Digo que hubo unos años en que no se hablaba de derechas y de izquierdas, creo que el debate hoy debe ser sobre el modo de hacer, el como se hacen las cosas, qué cosas se hacen y para quien:
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La izquierda se ocupa de cuestiones sociales, de igualdad para todos, desde abajo, de pensiones y de aumentar la referencia del salario mínimo interprofesional, incalculables los beneficios que ese aumento ha tenido, por eso, si hay que cambiar la edad de jubilación, prefiero que sea con un gobierno socialista, porque soy trabajador y sé que voy a salir mejor parado.
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El modo de hacer de la derecha es diferente, si llega beneficio a los trabajadores es porque ellos se han ocupado de que los empresarios ganen mucho dinero, y para ganar mucho dinero precisan de trabajadores a los que deben contratar por el menor dinero posible, y con las peores condiciones laborales.
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Porque el modo de hacer de la derecha, entrando de soslayo por el tema de los trajes, es contratar con dinero publico a la empresa que me más les beneficia a ellos. Yo no creo que el problema de los trajes fuera si los pagaron o no, el problema es si esos trajes le han costado millones a los ciudadanos, estoy convencido de que si se hubiese elegido a las empresas mas baratas, éstas también habrían pagado, gustosas, esos trajes.
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Porque el modo de actuar de la derecha es soberbio y déspota, como cuando componentes del sequito de Camps en Fitur tratan de pueblucho a Canet d’en Berenguer delante de su alcalde, ésta es la ultima, la ultima conocida, claro.
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Yo, que prefiero un desarrollo sostenible, que quiero jubilarme tranquilo, que quiero unos servicios de calidad e iguales para todos, que creo en el estado de bienestar y que considero que cuando más cerca hemos estado de él, ha sido con el gobierno de Zapatero, digo yo, porque prefiero todo esto: apuesto por el PSOE.
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