Una ciudad italiana. EFE/EPA/Riccardo AntimianiLos alcaldes italianos podrán clausurar las zonas más concurridas de sus ciudades, como las de fiesta, en caso de aglomeraciones para frenar los contagios, últimamente disparados, anunció hoy en rueda de prensa el primer ministro, Giuseppe Conte.
Los regidores podrán tomar esta medida a partir de las 21.00 locales (19.00 GMT) si detectan que en un zona determinada se genera una aglomeración de personas, como en las áreas de fiesta nocturna, según el último decreto aprobado este domingo.
"No podemos perder tiempo para evitar un nuevo confinamiento general, el país no puede permitírselo", justificó Conte al ilustrar estas medidas, centradas especialmente en regular la vida en bares, restaurantes, gimnasios y escuelas, entre otros espacios.
"Los alcaldes disponen el cierre al público, tras las 21.00, de calles y plazas de las ciudades donde se creen aglomeraciones", se lee en el texto, aunque se permitirá entrar a la zona a quienes acudan a sus comercios "legítimamente abiertos" o a sus domicilios.
El nuevo decreto, válido hasta el 13 de noviembre, llega cuando Italia registra una media de unos 9.000 infecciones diarias desde la última semana tras uno verano tranquilo y hoy se detectaron 11.705 nuevos positivos, la cifra más alta de la pandemia en el país, aunque ahora se hacen muchas más pruebas que al principio.
El Gobierno convino estas medidas con los representantes de las regiones, que se opusieron a propuestas que habían sonado en los últimos días como el cierre de los gimnasios y piscinas, algo que finalmente no se ha llevado a cabo.
Sin embargo Conte ha dado a estos centros deportivos el plazo de una semana para respetar a rajatabla los protocolos sanitarios: "Si no es así, lo avanzo, la semana que viene nos veremos obligados a cerrarlos", avisó el primer ministro.
El decreto de este domingo aporta modificaciones a otro aprobado el pasado 13 de octubre con el que se obligó a cerrar restaurantes y bares antes de la medianoche, algo que sigue vigente, y a las 21.00 horas en caso de que no tengan servicio de mesa.
No obstante desde ahora los restaurantes, heladerías, bares, pub o bares que no permitan sentarse a su clientela deberán cerrar a las 18.00 (16.00 GMT), aunque el reparto a domicilio seguirá permitido.
En los restaurantes además solo podrán sentarse a la misma mesa un máximo de seis personas. Las salas de juego, de apuestas y bingos solo podrán abrir hasta las nueve de la noche.
En el decreto del 13 de octubre ya se prohibía el denominado deporte de contacto aficionado, la típica partida entre amigos, algo que queda del mismo modo, y ahora se suspenden además las competiciones diletantes o principiantes.
Asimismo no se permitirán las típicas ferias gastronómicas, los congresos se celebrarán de forma telemática y todas las reuniones de la Administración Pública serán a distancia salvo imposibilidad.
En cuanto al sistema educativo, las lecciones en las escuelas de primaria seguirán siendo presenciales, al considerarlas "un activo fundamental", pero ya desde secundaria "se favorecerán métodos más flexibles" y se organizarán entradas por turnos.
El primer ministro reconoció que entiende los sacrificios de los empresarios afectados por esta medida pero prometió ayudas.
Italia permanecerá en estado de emergencia hasta el 31 de enero del año que viene.
Portugal
Portugal sumó el domingo 1.856 nuevos contagios de Covid en las últimas 24 horas, por lo que tras varios días seguidos logró bajar la barrera de 2.000 positivos diarios, aunque el número de ingresados en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) aumentó en 7, hasta los 155.
La presión de las UCI ronda el 70 % en todo el territorio portugués y el número de personas ingresadas en los hospitales lusos es de 1.086 (más 72 en el último día).
Los decesos se incrementaron en las últimas 24 horas en 19 personas, por lo que desde que comenzara la pandemia ya han muerto en Portugal 2.181 personas.
El país portugués se encuentra en estado de calamidad, por lo que las reuniones en la calle no pueden tener más de seis miembros y el Gobierno luso prevé una ley para obligar al uso de mascarilla en la calle, hasta ahora recomendado.
El Ejecutivo luso también espera el respaldo del Parlamento para impulsar la utilización generalizada de "Stayaway Covid", la aplicación de rastreo del virus que alerta de los contactos con positivos y que ha desatado un tenso debate político en Portugal.
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