Se inicio el paseíllo en el Coso de la C./ Xátiva , en una tarde fría,
donde la lluvia y el aire también estuvieron presentes. Silencio
sepulcral, se guardó un minuto de silencio en memoria del veterinario D.
Enrique Ezpeleta.
4º y último festejo del serial novilleril enmarcado en la Feria de
Fallas, con novillos que lucían divisa amarilla y verde de la ganadería
onubense “ El Parralejo”. En términos generales cabe destacar que el
encierro, tuvo una buena presencia y han servido en el ruedo a sus
oponentes, con un juego sensacional.
José Garrido pisa fuerte el albero valenciano, con esa espinita clavado
del anterior año, en la que sacas el coraje y la valentía para conseguir
lo que guardas dentro. El novillero extremeño aprueba con nota alta su
presencia en la feria, saliendo en volandas y acariciando el dintel de
la Puerta Grande. Cortando tres orejas se sitúa Garrido en el triunfador
del escalafón novilleril.
Garrido citó al engaño con el capote en el primero de su lote, dibujando
un sabor de buen hacer, maestría y madurez. Rodilla en tierra citó a
Dirigente, despertando a los tendidos un tanto adormecidos. Sembró
muletazos de rodillas con la pañosa, de mucha profundidad. Seguía
faenando con la muleta puesta en la cara del novillo, mientras sonaba la
sinfonía de la banda de música, y no cesaba la faena con unos muletazos
muy ligados. En la suerte suprema estocada certera, aún así necesito el
novillo ser apuntillado. Pasea una primea oreja del hierro El Parralejo.
En el 2º novillo de su lote Garrido excelente con el capote, tuvo un
gran fondo y bravura. Supo conectar y firmar a fuego lento una faena,
para el recuerdo de esta feria fallera. Toreo gustándose y dejando claro
que aquí hay torero. Rubricó la faena con firmeza, sin duda merecía el
triunfo otorgado por la presidencia, dos orejas.
El novillero madrileño Francisco José Espada, con el segundo de la tarde
y primero de su lote no corría buena suerte, un novillo deslucido, sin
clase y un tanto protestón. No por ello no mostro Espada su
voluntariedad en la faena, aunque poco se dejaba el del Parralejo.
En el último de su lote de nombre “ Manijero, disfrutó Francisco José.
Un novillo encastado, con bravura y que embestía con celo, repitiendo
una y otra vez.
Le echo valor el de Fuenlabrada, todo o nada, recibió al novillo a
portagayola. Con autoridad y mando le bajo la mano a su oponente,
llevándolo largo, manejando la muleta adelantada, y sin soltarla,
conseguía ligar una buena tanda de muletazos. Con los aceros finiquito
la faena, con una estocada en el segundo intento. Una merecida y
concedida oreja a petición del público. El novillo premiado con una
vuelta al ruedo.
Román con un sabor agridulce en la feria de Valencia. Sus sueños de
poner el listón alto en su despedida como novillero, no se cumplieron.
Con el primero de su lote “ Ocioso “ aperturaba cartel el novillero de
la tierra, con un novillo que andaba suelto en la muleta. Con la mano
derecha y muy baja, le enjaretaba una buena tanda de muletazos, para
rematar con el pase de pecho. Por el pitón izquierdo se dejo ver el
negro mulato, con la mano derecha entendió Román la faena, sacando el
jugo y firmando en esa tanda de nuevo con el de pecho.
Un novillo con mucho ritmo en las embestidas, el de Valencia nos recordó
a su paisano Ponce, hilvanando una tanda de poncinas, rematando con el
pase de pecho a pies juntos. Con los aceros pincha en su primer intento,
mata de un estoconazo echándose encima del novillo. El mismo que le
propina una voltereta, con el pitón derecho sufre una rasgadura leve, en
la parte interna del muslo. No paseó ningún triunfo.
Con su último novillo Gruñidor, a punto estuvo de tocar la gloria. Pero
no la espada le privó del triunfo. El novillo embestía con mucha
calidad, dejándose llevar al engaño, con celo. Román le planto cara al
cuarto de la tarde, bajándole mucho la mano y alargando las embestidas,
con muletazos profundos. Sus muñecas mecían la pañosa, dejando latente
su buen hacer, en su travesía como novillero. Estaba dispuesto para
darlo todo, pero la no fortuna con los aceros, arrastró a la deriva una
buena faena. A este tampoco pudo pellizcarle ningún apéndice.
FICHA DEL FESTEJO
Novillos de El Parralejo, bien presentados y de juego sensacional.
El quinto, "Manijero", número 45, negro bragado, 410 kilos,
extraordinario, premiado con la vuelta al ruedo.
ROMÁN: Silencio tras aviso y ovación con saludos;
FRANCISCO JOSÉ ESPADA: Silencio tras aviso y oreja tras aviso;
JOSÉ GARRIDO: Oreja y dos orejas.
Entrada: Un tercio de plaza.
El mayoral de la ganadería dio la vuelta al ruedo a la muerte del 5º y
el 6º.
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