Carlos Pérez-Lladó. /EPDALa guerra arancelaria es para Trump como la antorcha con la que Nerón incendió Roma para reconstruirla después en un intento desesperado de retrasar su caída.
El Problema de la Deuda Pública
Los republicanos creen que sobre los EEUU se cierne una gran amenaza: la montaña de deuda pública cuyo techo ya se han visto obligados a subir varias veces contra su voluntad para evitar el colapso del país. Trump va a utilizar los aranceles para liquidar parte de esa deuda igual que Nerón usó el fuego para arrasar algunos barrios de Roma que contravenían sus pretensiones urbanísticas y se presentó luego como el salvador de los romanos devastados acogiéndolos en los jardines de su palacio.
Según el núcleo duro del partido republicano, la política keynesiana y los beneficios sociales de la administración demócrata podrían conducir al país hacia una economía estatal secuestrada por la deuda y los pagos sociales. Algunos senadores más extremistas auguran que de seguir esta senda, EE.UU. se encontrará en una situación parecida a la de Venezuela o Argentina. Y este es el gran miedo de los magnates americanos porque saben que tal desenlace obligaría al estado a expropiar parte de sus empresas o acribillarlos a impuestos para pagar la deuda y los intereses. Los ejemplos de Venezuela, Argentina y Cuba, que fueron una vez naciones ricas, pesan como una espada de Democles sobre el inconsciente colectivo del pueblo americano. Y para evitar tal desastre se justifican decisiones drásticas, aunque que puedan acarrear dolor temporal.
Trump contra la Reserva Federal
La Reserva Federal de EE.UU, que es un organismo independiente regulador del mercado monetario, parecido al Banco Central en Europa, ha venido siendo muy reticente a rebajar los tipos de interés con el fin de evitar la inflación. Es decir, prefiere mantenerlos altos hasta que la inflación dé claras señales de remitir, que aún no se han producido. Esta política monetaria de tipos altos provoca que la deuda estatal sea más cara de pagar. Por ello hay un enfrentamiento entre los republicanos y la Reserva Federal. De un lado ven como los demócratas aumentan la deuda y de otro como la Reserva la encarece.
Los republicanos piensan que solamente una política drástica contra esta dinámica puede salvar América. Esperan que la subida de aranceles provoque varios efectos que ayuden a reducir la deuda. El más importante es la recesión que obligue a la FED a bajar los tipos . Esperan que el volumen de deuda podrá reducirse si se recaudan más aranceles, los tipos de interés oficiales se abaratan y se equilibra la balanza comercial a favor de EE.UU. Los aranceles son también un arma de negociación para que países con superávit como China compren bonos del Tesoro americano o al menos no vendan los que tienen, algo que el gobierno chino ya lleva algún tiempo haciendo y que podría derivar en subidas de tipos, porque si la FED baja los tipos pero China vende sus bonos que están a tipos más altos, el mercado rechazaría los nuevos. Curiosamente el gobierno chino es uno de los principales tenedores extranjeros de deuda americana.
Experiencias históricas
A priori pudiera parecer que aumentar los aranceles es una medida contraria a los postulados de libertad económica que parece defender Donald Trump, pero en realidad se trata de un primer paso para disminuir la deuda pública. A partir de ahí la administración republicana espera adelgazar el peso del sector estatal, liberalizar más la economía y promover privatizaciones.
Este tipo de medidas de gran impacto o de shock como las anunciadas por Trump fueron recetadas y aplicadas por economistas norteamericanos en otros países con el fin de liberalizar la economía, por ejemplo en el Chile de Pinochet, la Rusia de Yeltsin o la Argentina de Milei. Pero al menos desde los años 30 nunca fueron aplicadas en EEUU. Todas estas experiencias históricas nos dicen que se trata de medidas que pueden causar graves daños a la economía, aunque en algún caso hayan servido para arreglar las cuentas públicas. Si los aranceles anunciados por Trump son solamente un punto de partida para negociar con fuerza, habrá una relajación de las consecuencias negativas. Si los aranceles se aplican por las bravas, las consecuencias pueden tener un alcance mundial por interrupción de las cadenas de suministro y pérdida de confianza de todos los agentes.
Implicaciones para inversores
Sin embargo, esperamos que se abra un proceso de negociación con todos los países que calme las aguas durante abril y mayo, aunque se inicie una recesión pasajera en EEUU, ya largamente esperada. Por tanto, aquellos inversores que optaron por mantener posiciones en renta variable pueden conservarlas siempre con un horizonte a medio y largo plazo, o bien salir en los rebotes, si observan que la política arancelaria de Trump entra en una deriva sin sentido y optar por productos garantizados.
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