Juanvi Pérez. / EPDA Una vertiginosa sucesión de acontecimientos desde el
10-N debe hacernos reflexionar ante el
futuro próximo. El órdago sanchista con el abrazo más caro de la historia, con
el permiso de Espartero y Maroto, para justificar seis meses de desencuentros y
volver a la casilla de salida, pero aún más condicionados por los secesionistas,
filoetarras & Cía nos plantea un escenario de incertidumbres que afectan a
los pilares mismos del proyecto de concordia que apuntalamos en el 78.
Pero también y es lo que nos ocupa, la lectura postelectoral de los resultados
del domingo en la provincia de Valencia y por ende en toda nuestra Comunitat.
La prudencia y la responsabilidad nos han hecho posponer esta reflexión, puesto
que debíamos sumar esfuerzos ante el nuevo escenario electoral y centrarnos en
lo importante. El 10-N ya ha pasado y desde el Partido Popular debemos hacer
otra reflexión con menos triunfalismo y maquillaje orgánico. Nuestra abnegada
militancia necesita y demanda una reflexión más serena y con mayor
responsabilidad para así, proceder a un movimiento estratégico, sin perder
tiempo, para recuperar nuestro espacio electoral y reforzar nuestra
organización, que aún debilitada, ha salvado los muebles por la campana.
Unos resultados exiguos para una formación que ha sido el
granero de votos del centro-derecha, lo que la ha llevado a quedar diluida y
sin capacidad reivindicativa para marcar nuestra propia hoja de ruta. Una hoja
de ruta que cuando ha funcionado con una organización fuerte, ha redundado en
mayor beneficio de la organización nacional.
Los resultados en la provincia y el nuevo mapa municipal
(solo hemos ganado en 41 municipios de los 266, por debajo de los 20.000
habitantes) distan mucho de confirmar la tan necesaria recuperación de nuestro
pulso electoral. El PSOE vuelve a demostrar su solidez territorial, y esa
manifiesta debilidad en el territorio, nuestra gran fortaleza anterior, nos
deja un situación cuanto menos inquietante ante el futuro. VOX se ha convertido
en un nuevo actor que busca fagocitar al electorado popular. Un electorado
cansado y desanimado ante la desafección de sus propias estructuras que han
optado, los números y los resultados así lo demuestran, por ir abandonando a
nuestra formación y votar a otras opciones. Porque queriendo votar al PP no les
hemos dado la oportunidad de volver a hacerlo. Así lo hemos constatado en
muchos municipios de marcado carácter “pepero” y en otros muchos donde se ha
consolidado como segunda o tercera fuerza (ha ganado en nueve municipios).
Hasta los bastiones otrora populares del partido Judicial de
Llíria, con las Comarcas del Camp de Túria, la serranía y el Rincón de Ademúz
son una buena muestra de nuestro retroceso y del avance de VOX, cuya victoria
en la Pobla de Vallbona remueve los cimientos de una organización que alcanzó
su máxima representación con la figura del siempre recordado y añorado Vicente
Alba.
Hace falta activar ya los mecanismos internos para gestionar
este nuevo escenario. Ya no hay excusas para llamar a la militancia del Partido
Popular en la provincia de Valencia a un Congreso que nos haga salir de esta
situación de precariedad con una Gestora que ya no puede dar más de sí. Los
errores estratégicos del pasado nos han llevado a esta situación. Nuestro otrora fiel electorado nos lo ha
venido advirtiendo desde las elecciones de 2015 y lo ha ratificado este 10-N.
Somos muchos los que llevamos tiempo reclamando cambios y movimientos en
nuestras estructuras (muchas de ellas sin renovación en años) para poner en
valor lo mismo que nuestra militancia nos reclamaba y también por lo que
aquellos que sin ser militantes les hacía compartir nuestro proyecto. De ahí
esas mayorías que tanto añoramos y que solo por nuestra responsabilidad hemos
perdido. No podemos escondernos en las Instituciones. No tenemos tiempo si
queremos revertir esta situación y rearmar nuestro proyecto político ante el
incierto escenario que se nos presenta.
Debemos atajar esta diáspora que nos afecta, con una
constante pérdida de apoyos precisamente por aquellos que siempre apostaron por
nosotros. Amigos, conocidos y gente anónima que han ido abandonando a su
formación de origen y que esperan que les demos la oportunidad de volver,
porque aquí no sobra nadie y hacen falta todos para recuperar aquel espíritu
Popular. Una verdadera Marea Azul responsable del mayor cambio en esta tierra y
en España, garantizando el Crecimiento, el Empleo y una mayor prosperidad para
todos. No hay tiempo que perder.
Es el momento de potenciar esa Agenda Valenciana que siempre
hemos defendido, como mejor exponente de ese valor rural-urbano de una sociedad
cosmopolita. De valencianizar nuestro discurso desde ese regionalismo
humanista, reformista, moderado, constructivo e inclusivo. Es el momento de
sumar, de unir para ganar, ganar para gobernar y gobernar para unir.
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