Presentación del estudio.Introducir
un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) para envases de
un solo uso en España resultaría
perjudicial para el medio ambiente,
ya que los procesos asociados a este sistema conllevan más
contaminación que los del sistema de reciclaje actual
(SCRAP). Además, su coste
económico sería muy superior
al del SCRAP y también implicaría un mayor
coste social.
Así
lo refleja el “Estudio
de sostenibilidad
sobre la introducción de un SDDR obligatorio para envases de bebidas
en España: análisis ambiental, social y económico comparativo con
la situación actual”
elaborado por la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático
de ESCI-UPF, la primera Cátedra UNESCO en el mundo que cubre los
principios de ciclo de vida. Creada
en 2010 tras un convenio entre la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y
ESCI-UPF, una institución pública fundada por la Generalitat de
Catalunya y la Universitat Pompeu Fabra en 1993 con el objetivo de
formar a profesionales expertos en los negocios internacionales.
Este
estudio no
analiza los dos sistemas de forma aislada, sino que compara el
sistema actual (SCRAP) con una situación hipotética de introducción
de un SDDR (en convivencia con el SCRAP), en las siguientes
condiciones:
Afectaría
a
envases de aguas, refrescos,
zumos, cervezas, vinos, cavas y bebidas espirituosas,
en los materiales de PET, PEAD, acero, aluminio, cartón para
bebidas y vidrio, con un tamaño de envase inferior a 3 litros,
un
depósito de 10 céntimos por envase y
un
supuesto porcentaje de
recuperación del 90 %1.
Los
envases no sometidos al SDDR serían gestionados por el SCRAP.
El
estudio ha sido realizado por los tres grupos de investigación
especializados en sostenibilidad de ESCI-UPF y es el de alcance
más completo realizado hasta la fecha en Europa sobre el SDDR.
Ha sido dirigido por el Dr. Pere Fullana
i Palmer,
director de la Cátedra UNESCO
de Ciclo de Vida y Cambio Climático de ESCI-UPF. Ha requerido más
de un año de investigación y ha contado con la participación de un
comité de seguimiento,
integrado por más de 30 entidades
y organizaciones representativas de las partes involucradas en la
gestión de los residuos.
Asimismo,
a la finalización del mismo, ha contado con la revisión crítica de
un panel de nueve expertos
independientes de
universidades como la Técnica de Dinamarca, la Rovira i Virgili y la
Pompeu Fabra; las Universidades de Barcelona, Cantabria y Alcalá, o
la Pablo de Olavide de Sevilla, así como de centros de prestigio
como CIEMAT y Ecodes. Finalmente, será sometido a exposición
pública.
Resultados ambientales
En
5 de los 6 indicadores ambientales estudiados mediante Análisis de
Ciclo de Vida2
se observaría un aumento
del impacto ambiental, en mayor o menor medida, tras la introducción
del SDDR.
El
indicador en el que el perjuicio es más claro es la Eutrofización
(64,1
%), seguido de la
Lluvia Ácida
(31,4 %), el Calentamiento
Global
(19,4 %) y el Agotamiento
de
Capa
de Ozono
(18,9%). También se observa cierto empeoramiento, pero en menor
medida, para la Formación
de Smog Fotoquímico3
(7,2 %). Solo para el Agotamiento
de Recursos
la introducción del SDDR supondría una ligera mejora (10,2%).
Impacto
por etapas
La
etapa más
afectada
sería la relativa a los
equipamientos; el
impacto aumentaría
entre 4 y 5 veces para indicadores como la
Acidificación, Calentamiento Global y Eutrofización.
Esto
se debe a que además de los contenedores en acera,
sería necesario instalar un gran número de máquinas, así como
disponer de cajas y bolsas de plástico para la recogida automática
y manual de envases en los establecimientos comerciales.
También aumentaría
significativamente (entre 2 y 3 veces) el impacto en la recogida y el
transporte; el 54% de los envases (tanto envases ligeros como de
vidrio) deberían gestionarse manualmente y ser transportados sin
compactar hasta las plantas de conteo. Esto, resultaría mucho menos
eficiente y provocaría un aumento de las emisiones de CO2
y óxidos de nitrógeno, entre otras.
Resultados económicos
El
estudio económico (realizado mediante la Contabilidad de Costes
Netos) concluye que la implantación de un SDDR obligatorio tendría
un coste adicional de 1.784
millones de euros, o lo que es lo mismo, cada familia española
pagaría casi 100 euros
más al año por la
implantación del SDDR.
Los
envases sometidos a SDDR se gestionarían con un coste 11 veces
superior al actual, motivado
por los costes de etiquetado, manipulación en el punto de venta,
transporte y conteo o pre-tratamiento de estos residuos de envases.
En este sentido, los puntos de
venta implicados serían
317.206,
siendo los establecimientos de hostelería,
restauración y café-bar los más afectados (el 80,4%).
Por
un lado, sería necesario comprar
38.752 máquinas de
RVM4
para la devolución automática de los envases en los
establecimientos. Además, un 54%
de los envases se gestionarían manualmente,
lo que conllevaría un gran incremento de los costes en mano de obra,
espacio y transporte.
Adicionalmente también sería necesario disponer de 45
plantas de conteo para estos
envases. El alto porcentaje de gestión manual es debido a la
estructura comercial española, con más presencia de comercios
pequeños y medianos, en comparación con el Norte de Europa donde
predominan las grandes superficies.
Por
otro lado, el SDDR lleva asociado un incremento
de coste
de la gestión del resto de
residuos de envases no
sometidos al sistema en 138,3
millones de euros, motivado
por la imposibilidad de prescindir de las infraestructuras fijas que
se disponen para la recogida de envases y por la pérdida de
economías de escala (al gestionar menos toneladas son menos
eficientes).
Resultados
sociales
La
introducción del sistema SDDR implicaría un mayor impacto social
asociado a la gestión de residuos.
Además, su
implantación conllevaría mayores costes
sociales a la sociedad española. Los ciudadanos deberían
dedicar un 50% más de espacio en sus hogares y 6
veces más de tiempo para la gestión de los envases
sujetos al SDDR. Estas son las principales conclusiones obtenidas al
aplicar, en el primer caso, la metodología de reciente aparición,
huella social5,
utilizada por primera vez en la gestión de residuos, y al realizar,
por otra parte, un análisis de los beneficios y perjuicios
sociales6
que ocasionaría la implementación del nuevo sistema.
1 Este porcentaje de recuperación es el que los promotores del SDDR
suponen que podría llegar a alcanzarse. Es incluso superior al que
existe en la mayoría de los países donde aún existe un SDDR para
envases de un solo uso.
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