Carles López Cerezuela.
El
sistema parece haber encontrado su catarsis. Dos nuevos
partidos emergen como sustitutos del bipartidismo actual hacia una
fase de multipartidismo provisional. Los dos destacan por tener
cosas en común. La más evidente es la moda de esconder la
ideología tanto en el fondo como en la forma.
La
tradición mandaba que al crear un partido político se buscara el
término más descriptivo posible. Así fue incluso con la
siempre ambigüa UPyD. Los primeros en romper esa idea fueron
Ciutadans y Compromís aunque en este segundo caso la cosa estaba
bastante atenuada porque solamente con usar el valenciano y el
término País Valencià ya daba pistas. Aunque el intento era
claro de esconder alguna de sus partes para crecer en
transversalidad.
La
cosa se convierte en categoría con la emergencia de Podemos.
Podemos dice no ser ni de derechas ni de izquierdas. Y ya su
nombre lo indica. O mejor dicho no lo indica. Podemos es un verbo. No
un adjetivo. No hay manera de saber su orientación ideológica.
Es una incógnita deliberadamente preparada. Ciudadanos es
el mismo ejemplo. Esconder la ideología se ha convertido en la
pócima del éxito. Ni siquiera dicen ser de centro. Simplemente
dicen no ser ni de izquierdas ni de derechas. No son nada. O son
todo. Asi nadie queda fuera. Cualquier puede acceder al recinto
aunque sea por equivocación.
La
causa de todo este embrollo la encontramos en la difuminación de la
socialdemocracia de los noventa que no supo hacer frente a los
dogmas del neoliberalismo y compró los marcos referenciaes
creando el socioliberalismo. Partidos pretendidamente de derechas
practicaban políticas postmaterialistas de izquierdas (derechos y
libertades) mientras machabacan la economía con fórmulas
liberalizadoras. Así hemos llegado a esta tremenda confusión en la
que -como en los mejores tiempos de la UCD- lo mejor es no ser ni de
derechas ni de izquierdas. Como aquello de los cero grados. Ni frío
ni calor.
Pero
como siempre lo realmente sublime sucede en Sagunto. Podemos esconde
su ideología en general para generar transversalidad. Además
también se esconde tras otras siglas en las municipales por miedo al
arribismo. Normalmente lo hace en siglas de confluencia como Guanyem.
Lo realmente sublime es esconderse tras otras siglas que le son
propias como ADN Morvedre. Eso es esconderte dos veces.
Y
ADN Morvedre ¿qué significa? No es de derechas ni de izquierdas.
Solamente indica un halo de pertenencia identitaria. No parece lo más
adecuado en un municipio tan fragmentado identitariamente. Sin
embargo, puede que la moda de subirse a la ola de la ausencia de
ideología sirva. Y quizá esconder la ideología sea una ideología
más. O el escalón previo a una nueva ideología.
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