Un hostelero en una terraza de la Comunitat Valenciana. EPDAUn año prácticamente de pandemia y todo tipo de restricciones hace insostenible la continuidad de decenas de miles de negocios familiares, de tiendas de barrio, de empresas enmarcadas en lo que conocemos como comercio local, que es el que da vida a cientos de miles de pueblos y ciudades en España. La hostelería forma parte de dicho ecosistema -restaurantes, bares, cafeterías-, pero también tiendas de ropa, souvenirs, productos de todo tipo hechos a mano, ferreterías, droguerías, tiendas de regalos, librerías... El coronavirus está acabando con nuestro imprescindible comercio local, sin que los gobiernos den las ayudas económicas que garanticen su supervivencia -Gobierno autonómico y gobierno central-, generando cierre de persianas de muchísimos negocios.
La imposición de aforos, la limitación de horarios o el cierre de negocios como bares, restaurantes, cafeterías, locales de ocio, gimnasios y centros deportivos de toda índole, sin que haya una compensación económica, supone una hecatombe y el impulso definitivo de los principales enemigos de nuestro comercio local, plataformas como Amazon y Aliexpress, entre otras, que disparan sus ventas. Respecto a los restaurantes y cafeterías, las grandes beneficiadas son las franquicias que se implantarán en las principales calles de nuestros pueblos y ciudades, aprovechando el hundimiento de nuestra economía local. El capitalismo y el mundo globalizado salen reforzados de esta crisis.
Nueve meses después, tres olas después, un confinamiento domiciliario y un porcentaje de imbéciles que han incumplido las normas durante este tiempo -sin que nadie haya aplicado medidas coercitivas para frenarlos-, la solución pasa por lo visto por volver a un confinamiento encubierto, la petición de enésimo esfuerzo a la sociedad, sin que la mayor parte de quienes cumplimos entendamos ya una situación que nos supera, donde pagamos justos por pecadores.
Las administraciones públicas deben estar a la altura y dar una respuesta adecuada.
Si sobrevivimos nos quedaremos con el pronóstico del epidemiólogo Nicholas Christakis, quien asegura que la Historia demuestra que, cuando se superan las pandemias, llegan procesos de interacciones sociales extensas y dan lugar a periodos extraordinarios económicos y sociales. Resiliencia y paciencia.
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