Igualmente, de manera inicial, diversos voluntarios les ayudan con el mantenimiento. Foto EPDALa Cáritas de la parroquia de los
Santos Juanes de Valencia, en colaboración con el Instituto Social Obrero
(ISO), ha puesto en marcha un piso semitutelado en la avenida María Cristina
para cuatro mujeres inmigrantes y sus nueve hijos. Esta
iniciativa tiene como objetivo facilitar la inserción laboral y social de las
inmigrantes de modo que “puedan ganarse enteramente la vida por sí mismas”,
según explica Juan Biosca, director del ISO, en el último número el semanario
“PARAULA”.
Igualmente,
de manera inicial, diversos voluntarios les ayudan con el mantenimiento. “Con
el tiempo la idea es que sean capaces de hacer frente al coste total entre
todas, sin ayuda de nadie”, ha añadido.
Las mujeres
inmigrantes trabajan todas por lo que pueden pagar parte del coste del alquiler
y de los gastos de agua, luz o comida. Igualmente todas han realizado ya un
“recorrido en viviendas del ISO o han participado en cursos de orientación en
Cáritas parroquiales y poseen cierto nivel de independencia y habilidades
sociales”.
En total
son cuatro las mujeres que conviven ya en la casa con sus nueve hijos, todos
nacidos en España. Dos de ellas son nigerianas de rito cristiano Pentecostal
mientras que las dos europeas que conviven con ellas, una checa y la otra
rumana, se declaran católicas.
La idea
para la creación de este proyecto surgió de la “preocupación” que había en los
Santos Juanes por las mujeres extranjeras que se encuentran “solas con sus
hijos” en Valencia y que acudían allí en busca de ayuda, ha apuntado su
párroco, Vicente Vicedo. En la parroquia se ha comprobado que “darles bolsas de
comida” no acaba de resolver el problema, ha añadido.
En cuanto a
la responsabilidad jurídica y económica sobre la vivienda semitutelada, recae
en la Cáritas parroquial de los Santos Juanes y en el ISO, firmantes del
alquiler. De esta manera, el piso tiene como objetivo ser un “puente” para las
inmigrantes entre los centros de acogida y la plena independencia.
“Esta
iniciativa vale como acción puntual ante una situación desesperada pero no como
planteamiento a largo plazo”, explica Juan Biosca. Asimismo añade que “no
hablamos de soluciones estructurales, cuya responsabilidad es de los gobiernos,
sino de poner en práctica aquello a lo que está llamado el cristiano, ser el
buen samaritano”.
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