Rosario MarcoComo responsable del área de Parques, Jardines y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Rocafort me resulta absolutamente fascinante observar la expectación que se está generando entorno a la apertura del Parc del Poble Ramón Fontestad. Desde que iniciamos en 2019 la redacción del proyecto global con sus diferentes fases hasta la fecha actual, han sido muchas las horas y esfuerzos dedicados para ofrecer a Rocafort un auténtico pulmón verde que asomara a la huerta para disfrute de todos los vecinos y vecinas.
En poco más de 3 años, hemos sido capaces de transformar con planificación, trabajo y coordinación un solar de 17.000 m2 en un espacio con dos zonas de juegos infantiles, zonas de pícnic, juegos de agua, rocódromo, anfiteatro, elementos biosaludables y juegos intergeneracionales. Un parque para todos los públicos donde van a convivir deporte, cultura, música, juegos, lectura, amigos, familias, talleres, actividades y todo aquello que seamos capaces de crear, sentir y vivir en un entorno tan privilegiado.
Tendemos a entablar conversaciones relativas a la poda de los árboles, ramas caídas, plagas, frutos o levantamiento de aceras pero nunca nos detenemos a pensar en los beneficios que nos reportan. Los árboles producen oxígeno, purifican el aire, sirven como refugios para la fauna, reducen la temperatura del suelo, propician el establecimiento de otras especies y nos protegen del sol.
Fontestad es un maravilloso jardín botánico con casi 50 especies de árboles y plantas donde encontrar el árbol del amor, el árbol botella, el nogal del Japón, el jacarandá, el jabonero de la China, el almez, el fresno, el pino carrasco, el mirto, el madroño, la salvia... y respirar vida.
Fontestad representa una tecnología natural que nos inspira a reflexionar sobre el cambio climático, el cuidado de nuestro entorno natural, el amor hacia nuestro planeta y la necesidad de educar a las futuras generaciones en la concienciación sobre el medio ambiente. Y respetar ese espacio es responsabilidad de todos.
Algunos pensaron que aquel BIM especial que buzoneamos en agosto de 2021 con el plano detallado de la Fase II, hoy ya convertida en realidad, era un espejismo y que no lo conseguiríamos. Siempre digo que el tiempo quita y da razones. No hemos perdido ni un segundo en desmentir. No hacía falta. Y la muestra palpable es que a finales de enero inauguraremos la infraestructura verde más importante de la historia de Rocafort. Resuelta la pregunta del millón.
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