Los arqueólogos trabajan en la Fosa 113. / EPDA Rafael Natividad estaba empleado en el servicio de tranvías. Su implicación social lo llevó a desempeñar un papel activo en el sindicato de la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT) y a dedicar su tiempo a trabajar por su pueblo como concejal en el Ayuntamiento de Rafelbunyol por Esquerra Republicana. “He podido leer unas veinte cartas que dejó escritas. Era buena persona. Montó tres colegios en el pueblo. Se preocupaba por su gente”, cuenta con orgullo su nieto José Pérez Natividad. Junto a él está Ramón Pedro Torres, vecino de Rafelbunyol, que también recuerda con orgullo a su abuelo Vicent Pedro Bellver, concejal en el Consistorio de Rafelbunyol por la Unión General de Trabajadores (UGT). Lo pagaron caro. Ambos fueron fusilados en el paredón de Paterna el 18 de enero de 1940 y, como el resto, “tirados como perros” -como describe Santi Vallés, presidente de la Asociación de Familiares de Víctimas del Franquismo- en la Fosa 113 del cementerio municipal.
En la mañana del jueves 1 de junio, estos dos vecinos de Rafelbunyol, arropados por la concejala Alicia Piquer y junto a otros familiares de represaliados del franquismo, conocían el resultado de los primeros trabajos de exhumación que están realizando los arqueólogos de la asociación ArqueoAntro. Había una mezcla de sentimientos “entre la alegría que tenemos de encontrar los cuerpos de nuestros familiares y lo que estamos viendo”, decía Santi Vallés. Durante estos días, “los familares iban destrozándose conforme comprobaban, a través de las muchas explicaciones recibidas, la violencia con la que fueron tratados sus seres queridos. Las fosas hablan”, remarcaba un emocionado Vallés, que empezó el proyecto con tres o cuatro familias y “a día de hoy ya somos 12 de las familias de los 60 casos que pensamos que están en esta fosa”.
Javier Iglesias, director de la excavación, fue el encargado de informar de las novedades en los trabajos de exhumación. “Hasta ahora, se han encontrado 12 individuos y cuatro cráneos con indicios de impacto de proyectil”, explicó este antropólogo, quien añadió que los cuerpos “estaban todos amontonados con una capa de cal. No había objetos, lo que era previsible en unas personas a las que trasladaban desde la cárcel, y parece que la fosa no ha sido tocada en estos años porque estaba sellada”.
Las excavaciones están siendo seguidas muy de cerca por la diputada provincial de Memoria Histórica, Rosa Pérez Garijo, responsable del organismo que ha hecho posible el proyecto con su financiación. “Estamos añadiendo dignidad a la historia de este país”, subrayó Garijo, quien avanzó que ya han sido publicadas las bases de las nuevas subvenciones de la Diputación de Valencia para que los ayuntamientos de la provincia puedan solicitarlas para llevar a cabo exhumaciones de ciudadanos de sus poblaciones “porque es obligación de las administraciones”.
Los sentimientos de emoción se mezclaban esa mañana con la rabia e impotencia por la “impunidad” que envuelve a “los asesinatos cometidos durante el franquismo”. En estos momentos, “nos hemos puesto en contacto con la Policía Nacional de Paterna -competente en esta materia- para que se trasladaran al cementerio a dejar constancia de la existencia de cuerpos con signos de violencia”, explicó la responsable provincial. Vallés subrayó que esta constancia es fundamental para que los familiares puedan incorporarse a la causa abierta en Argentina o a cualquier otra causa contra crímenes de la humanidad”. “Son las pruebas de lo que estamos encontrando que no son más que cuerpos con indicios de haber sido asesinados”, recalcó.
Sin embargo, conforme iban pasando los minutos se reducían las esperanzas de que los agentes fueran a hacer acto de presencia en el cementerio. “Si no viene nuestra obligación es comparecer ante la jueza y poner en conocimiento de la justicia lo que estamos encontrando. No sería entendible que viendo lo que estamos viendo no se abriera una causa penal”, dijo Garijo, que fue una de las personas que, junto a los expertos de ArqueoAntro y a Vallés, se trasladó a dependencias judiciales. Sobre las 18 horas, se conocía la decisión de la magistrada de judicializar las exhumaciones de la Fosa 113, en lo que sería el primer proceso que se realiza en la Comunitat Valenciana. Pero unos días después, los familiares recibían “como un jarro de agua fría” el auto judicial que decretaba el archivo de la causa por la prescripción de las muertes.
“Como un jarro de agua fría”
Tras la comparecencia en los juzgados de la diputada Rosa Pérez Garijo, los arqueólogos Miguel Mezquida y Javier Iglesias, y de Santi Vallés, la jueza de Paterna resolvió abrir una causa por las exhumaciones de la Fosa 113. La alegría por lo que iba a ser un proceso histórico se transformó en decepción cuando los familiares conocieron este jueves la decisión de la titular del juzgado número 2 de archivar las diligencias por estas muertes “tras comprobar que los restos óseos hallados tienen una antigüedad superior a los 20 años y, por lo tanto, no son susceptibles de investigarse penalmente porque los hechos están prescritos”. Ahora serán las familias las que tendrán que asumir los costes de las exhumaciones de los restos. Aunque no descartan interponer un recurso contra este archivo.
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