Rafa Tomás. La derecha mundial tiene muy claro lo que quiere. Y cada vez engaña menos. Van a liquidar todo el Estado de Bienestar inicialmente puesto en marcha y vamos a volver a los tiempos de la pérdida de derechos. Lo estamos viendo cada día y vemos cuáles son los valores que la clase dirigente económica y política plantea. Bajar salarios, alargar las horas de trabajo, recortar pensiones, encarecer los servicios públicos, privatizarlo todo, extender la ignorancia entre la gente más joven, mantener el hambre en gran parte de la humanidad, ignorar el cambio climático y destrozar el medio ambiente, odiar a las personas diferentes y cerrar las puertas a las personas que emigran. Y, por supuesto, recortar cada día más nuestras libertades.
En España estamos en lo mismo. Y quisiera destacar que uno de los colectivos a los que más persigue y a quien más recorta esta derecha prehistórica que nos gobierna, es el colectivo de las mujeres. Estos últimos días hemos podido conocer unos hechos muy significativos. El retrógado Ruiz Gallardón nos ha recordado que la reforma de la ley del aborto está ya encima de la mesa con el apoyo de colectivos superconservadores, que además persiguen y detienen a mujeres luchadoras, como las de FEMEN, convirtiéndolas en delincuentes y llevándolas ante la Justicia. Es un signo claro: luchar por la libertad y los derechos se está convirtiendo en un delito, como en los viejos tiempos de la dictadura.
Y la diócesis de Granada, sin ninguna vergüenza, ha publicado un libro con el sugestivo título de “Cásate y sé sumisa”. Mucha gente en Europa y en España ha tratado de luchar contra la situación de las mujeres. Hemos tratado de poner encima de la mesa el tema de la igualdad. Muchas veces eran más palabras que hechos, pero muchas cosas habían cambiado. Y ahora vuelve a resucitar sin miedo y sin pudor el machismo histórico, que está bajo de la cultura de la España eterna. Por eso hemos de luchar con las mujeres. Los hombres hemos de salir a la calle y las mujeres también, para estar al lado de colectivos como FEMEN y para evitar que se modifique el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo como y cuando quiera.
Por otra parte, sabemos que la violencia de género sigue existiendo muy ampliamente en nuestra sociedad, que el machismo no se reduce, que la igualdad es una frase bonita, pero las mujeres siguen trabajando más y cobrando menos y que en los altos espacios directivos todos son hombres. Y es preocupante saber que entre la gente joven sigue existiendo esa experiencia de controlar y maltratar a las mujeres jóvenes.
Desde los partidos progresistas y desde los Ayuntamientos hay que inventarse actividades, para que las mujeres se organicen, tengan ideas claras y salgan a la calle, para que quede claro que los delincuentes son ellos y que la derecha neoliberal no tiene ningún derecho a eliminar esos derechos tan duramente conseguidos.
¡Luchemos con las mujeres!
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