La ministra de Sanidad, Mónica García (c), asiste a la presentación de los equipos de emergencia de las Unidades de Salud Mental y se reúne con afectados por la dana, asociaciones de víctimas y equipos de respuesta. EFE/Manuel Bruque
Las Unidades de Salud Mental en Emergencias (USME) han desplegado 13 equipos en 12 municipios de Valencia y en Letur (Albacete), donde han realizado más de 500 intervenciones comunitarias con afectados.
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha visitado este lunes en la localidad valenciana de Catarroja a los miembros de la USME que trabajan sobre el terreno y ha participado en una de sus actividades comunitarias con afectados por la dana y Asociaciones de Víctimas.
Esta intervención responde al enfoque internacional basado en la evidencia, que indica que los efectos emocionales derivados de las catástrofes naturales se intensifican a partir del cuarto mes posterior al evento, momento en el cual se incrementa la necesidad de apoyo comunitario psicosocial, según el Ministerio.
Previamente a la puesta en marcha de los equipos USME se han realizado dos estudios de campo para comprender la situación emocional y social de las comunidades afectadas. El primero, elaborado por Médicos del Mundo, analizó el impacto emocional de la catástrofe; el segundo, desarrollado por Aplica, consistió en un mapeo exhaustivo de los recursos comunitarios en el territorio.
El operativo está conformado por 13 equipos USME: 12 en municipios valencianos y uno en Letur (Albacete). Uno de estos equipos tiene como mandato específico acompañar a las asociaciones de víctimas de la dana, dada su especial vulnerabilidad emocional.
Desde el Ministerio resaltan que, según el convenio firmado entre Sanidad y la Generalitat, los equipos USME no realizan atención asistencial individualizada, sino que su labor se concentra en la intervención comunitaria, con el objetivo de fortalecer vínculos sociales, proporcionar apoyo emocional colectivo y facilitar el acceso a recursos locales.
Cada equipo está integrado por profesionales de psicología, enfermería, trabajo social, terapia ocupacional y educación social, con experiencia en intervenciones poscatástrofe, de modo que los casos que requieren atención especializada son derivados a los servicios autonómicos de salud.
Las acciones realizadas abarcan talleres de primeros auxilios psicológicos, actividades de expresión emocional, acompañamiento a personas mayores, apoyo a profesionales y grupos de ayuda mutua para personas cuidadoras, voluntariado y colectivos con discapacidad.
Estas intervenciones se desarrollan en centros de salud, asociaciones locales, residencias, domicilios y otros espacios comunitarios.
En varios municipios, las USME han sido integradas en los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción (CLER), consolidando su papel estratégico dentro de los planes de recuperación post-catástrofe. Además, se ha creado un grupo de trabajo intermunicipal para incorporar el enfoque psicosocial en los planes locales de emergencia.
La colaboración con organizaciones como Cruz Roja, Cáritas, Psicólogas Sin Fronteras, Mensajeros de la Paz, CEPAIM y otras entidades locales ha permitido generar una red de apoyo "sólida, adaptable y continua", han señalado las mismas fuentes.
Destaca también la puesta en marcha de iniciativas innovadoras como espacios de escucha para hombres en Algemesí, grupos de ventilación emocional para profesionales en Sedaví, y talleres intergeneracionales en Aldaia y Utiel.
En Catarroja, se ha creado una unidad específica de acompañamiento emocional para los miembros de las asociaciones de víctimas.
A la actividad celebrada este lunes en Catarroja también ha asistido la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, la comisionada del Gobierno para la Reconstrucción, Zulima Pérez, y el director general de Salud Mental y Adicciones de la Generalitat, Bartolomé Pérez
Según ha explicado la ministra, este tipo de acciones de las USME "tienen que ver con la vida cotidiana de la gente, con los trastornos emocionales derivados de una tragedia de estas características que, según la evidencia científica, suelen aparecer a los 4 o 6 meses".
Preguntada por las recientes quejas formuladas desde la Generalitat por la escasa actividad de estas unidades, la ministra ha respondido: "Creo que el trabajo con la Generalitat ha sido honesto".
"No entiendo muy bien esa crítica, cuando el trabajo ha sido colectivo, son intervenciones diferentes. Esto no es un recurso al que la gente vaya activamente, aunque es salud mental, es un recurso previo que nosotros aportamos para prevenir, para que no se patologicen los duelos, para evitar que se agudicen. Había buen entendimiento y no entendí la crítica, más allá del ruido político", ha concluido.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia