Pie de fotoEl talent de cocina más
exitoso de España hace aguas y amenaza con quemarse. Una edición sosa, pasada y
con el único aliño de meter con calzador una historia de amor “adolescente”
entre Miri -la amiguísima de Tamara Falcó- y Jorge. Y donde la cocina ha pasado
a un segundo plano. Master Chef, sin duda, necesita un buen descanso tal y como
ha ocurrido con otros grandes formatos de la TV en nuestro país como Gran
Hermano que necesitan a la fuerza un parón para reinventarse y recuperar la
esencia perdida. Perdida a su vez por convertir el formato en un espectáculo
lejos de lo que es su pretensión inicial: premiar al mejor concursante como
auténtico ganador y mejor cocinero de la edición. Con la expulsión de Laia, la
edición ha quedado coja y ha eliminado a la aclamada gran favorita por
abrumadora mayoría.
Las redes sociales echaban
humo el pasado domingo con la eliminación de Laia. La concursante valenciana, modelo
y nutricionista abandonaba el programa entre lágrimas y grandes injusticias en
una edición que está premiando y protegiendo sobremanera a Miri, la más joven
de la edición. Una cocinera que se mueve en un sota, caballo y rey de técnicas y ya está, y que ha demostrado no haber evolucionado casi nada desde el inicio del programa.
Sin embargo, su pose como influencer, el pijerío y la falsa pose de la que hace
gala en cada programa amén de su flirteo con Jorge sustentan su incomprensible
permanencia en el programa de TVE. Mientras mejores cocineros han tenido que
abandonar el programa. Laia se olvidó del ingrediente principal del plato en la
prueba de eliminación algo que le costó, según los muchas veces incomprensibles
jueces, su permanencia en el concurso. Incluso la concursante brasileña,
Silene, me daba la razón en Twitter admitiendo que MC había perdido su esencia
con la eliminación de Laia. Fuerte, ¿verdad? Así se cocinan las cosas desde
dentro del programa.
A Miri se le olvidó también
un ingrediente en otra prueba pero claro a ella sí que se le proporcionó por
parte del jurado pero a Laia no. Había que proteger a Miri. El favoritismo en
esta edición está quedando bien patente. ¿Tanta audiencia da el flirteo de Miri
y Jorge aunque a éste último no le hace demasiada gracia ya esta historia
impostada? ¿hay que sustentar el target comercial joven que ve el programa
alimentando esta farsa? Y lo más importante, ¿es más importante esta chorrada
que cocinar? Laia ha demostrado evolución, ser tremendamente resolutiva y con
algunos de los platos mejor valorados de la edición. Una concursante sin fallos
en todas las galas de la 5ª edición excepto el olvido (que no el error) en la
de la semana pasada y oh, casualidad, cuando ya se ha llevado a cabo
precisamente la repesca para que no pueda volver. No sea que gane el premio y
no pueda avanzar e incluso ganar alguno de los favoritos del programa. Master
Chef ha perdido audiencia en su quinta edición y lo ha hecho por sacrificar la
cocina en pro del espectáculo. Un espectáculo y una predilección incomprensible
de la “o sea Miri” por parte del jurado. Quien lo entienda, que lo coma. Como
telón de fondo: el resto de concursantes, sabiendo al igual que la audiencia en
las redes sociales, que la eliminación de Laia fue tan injusta como extraña…
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