Presidente provincial de Contigo Somos Democracia. / EPDA Llega la Navidad y termina un año en el que, como
mínimo, podemos decir que ha sido intenso. Echo la mirada atrás, pienso en la
cantidad de hechos ocurridos durante el presente ejercicio y lo que más me pide
el cuerpo de cara al futuro es, a riesgo de parecer simple, paz y tranquilidad.
Pienso en la cantidad de comicios sucedidos, en los
problemas de la clase política, en los problemas de índole social, en la
tensión permanente en la que parecemos instalados, en los problemas de la
sociedad del marketing del momento y.... sólo se me pasa por la cabeza que
podamos actuar el año que viene con más calma para poder hacer frente a los
retos profundos que la sociedad nos está demandando.
Tengo la sensación de haber pasado un año en el que
todos los días parecían ser el último día y ahora que finaliza, me doy cuenta
de que a nivel general, estamos más o menos como el primero. Por otro lado,
creo que hemos estado actuando pensando en lo que va a ocurrir mañana y hemos
olvidado en gran parte que también hay que pensar en lo que va a ocurrir en los
próximos años.
Me gustaría que entendiéramos que todo no es ni blanco
ni negro y que para avanzar necesitamos llegar a puntos de encuentro viendo los
diferentes tipos de pensamiento más como una riqueza que como un problema. Me
gustaría igualmente que entendiéramos que los problemas no se resuelven a golpe
de Twitter, Facebook o Instagram sino que se resuelven con altura de miras y
con empatía. Y por último, me gustaría que aprendiéramos que el mundo de cada
uno es mejor cuando el mundo de su alrededor también lo es.
Feliz Navidad y próspero 2020.
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