Xavier Jorge, alcalde de Vilamarxant. /EPDACon el inicio del nuevo año, también comienza la recta final. Un final de legislatura lleno de trabajo y dedicación para que Vilamarxant siga creciendo y siendo un referente de gestión municipal. Esto pasa por aplicar políticas locales con únicamente Vilamarxant y todos sus vecinos en el centro. Unas políticas que estén más cerca de ellos, que resuelvan sus problemas reales y que no sean posibles si no están centradas en un proyecto de proximidad y progreso municipal. Mi objetivo como alcalde ha sido, es y será mejorar mi pueblo y la vida de los que vivimos en él. Las políticas útiles que hemos desarrollado han ido en ese camino y cada vez más gente las comparte.
Pese a estar en año electoral, continuamos esforzándonos como siempre en el crecimiento de nuestro pueblo. Como alcalde, sigo trabajando a diario con la misma intensidad para hacer un Vilamarxant mejor en todos los sentidos. Para ello, es necesario tener un gran equipo de trabajadores municipales que se sientan valorados y aporten lo mejor de ellos para mostrar esa imagen profesional y resolutiva del ayuntamiento. En mi caso, esto se suma al trabajo incansable de Víctor Sanchís y Gabriel Castellano, fundamentales para avanzar y llegar lo más lejos posible. Las obras de asfaltado, las inversiones del polígono, las mejoras de servicios, la celebración de eventos deportivos y el trabajo de las asociaciones son algunos ejemplos de la importancia de tener una lista potente de gente competente que aporte y sume.
Por otro lado, la política local con la que “Fem Poble” no se entiende sin una relación cercana con los ciudadanos y las asociaciones vecinales. Mi política de proximidad ha sido siempre la piedra angular sobre la que he construido nuestro trabajo. Iniciativas como publicar mi teléfono móvil desde mi nombramiento ha permitido que cualquier vecino pueda contactarme para consultarme o comunicarme sus necesidades y entender mejor los problemas reales de Vilamarxant.
Este contacto personal está unido con todas las asociaciones locales, que con su trabajo voluntario y desinteresado son el alma y el motor de Vilamarxant. A este tipo de reuniones también se han unido las asociaciones vecinales, especialmente las más desfavorecidas por vivir en zonas más alejadas y abandonadas del municipio y que durante muchos años han sido olvidadas injustamente. Por ello, hemos trazado un plan que ha ayudado a equilibrar las inversiones teniendo presente sus necesidades de forma real en inversiones y reuniones directas con ellas.
En definitiva, durante estos años hemos crecido mucho y ahora tenemos el reto de seguir creciendo sin perder nuestras raíces que son imprescindibles para recordar lo que somos, de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos en el futuro para cumplir nuestros objetivos y continuar construyendo un Vilamarxant mejor en los próximos años.
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