Hay momentos puntuales en determinadas disciplinas deportivas de primer orden mundial, en los que surgen jugadores o exponentes que están con un nivel muy por encima de la media y que marcan registros únicos. Leo Messi en fútbol, Michael Jordan en baloncesto o Michael Phelps en natación han marcado la última época en su deporte, y sin duda en este grupo de deportistas en el Olimpo se puede incluir a Tom Brady, el mejor jugador de NFL de la historia.
El ex de New England Patriots ha conseguido realizar una carrera en la que ha superado todos los registros marcados con anterioridad, y no solo eso. A sus 43 años puede seguir acrecentando su legado con un nuevo título Vincent Lombardi. Lo cierto es que las
apuestas de la Super Bowl no lo ven muy factible, ya que en esta ocasión se verá las caras con el quarterback llamado a sucederle en el trono e ir equiparando sus registros en los próximos años.
Patrick Mahomes ya conquistó el pasado curso su primer entorchado con los Kansas City Chiefs, y este curso después de una temporada memorable a nivel de juego y resultados, se esperan que revaliden el título. Eso sí, deberán tener en cuenta que la sombra de Tom Brady es muy alargada, y el nuevo faro de los Tampa Bay Buccaneers no ha dicho su última palabra. Solo hay una cosa segura en esta edición LV: las defensas de ambas escuadras deberán dar lo mejor de sí mismas, puestos que de su correcta participación puede depender el triunfo de su equipo. Una interceptación o un corte sobresaliente puede decantar la balanza hacia Kansas City o Tampa Bay.
Estos defensores podrán seguir el ejemplo de jugadores que hicieron historia en las posiciones de corte de juego, y que muchos expertos los han ubicado en el mejor plantel defensivo de la historia de la Super Bowl.
Sea como fuere, Mahomes quiere recortar terreno desde este momento sobre Brady, para en unos años sea indiscutible, que ellos dos han sido los dos mejores mariscales de campo de todos los tiempos en la NFL.
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