Isabel Bonig Los valencianos sentimos desamparo ante la gestión de la pandemia por parte de nuestras autoridades. Todos tenemos la sensación de que actúan a salto de mata, sin ningún criterio, con improvisaciones, arbitrariedades y caprichos, solo pendientes de la propaganda. Lo que hoy es recomendación, al cabo de dos días es prohibición. Siempre ocurre lo contrario de lo que anuncian. Basta que Simón afirme que la cepa británica será residual en nuestro país para que nos convenzamos de su masiva expansión. O de que Puig asegure que en unos días llegarán ayudas a los hosteleros para que tengamos la certeza de que antes se arruinará el sector que verá un euro público mientras, eso sí, ellos tienen que seguir pagando todos los impuestos y Puig y sus cientos de cargos públicos son incapaces de recortarse un solo euro de sus privilegios.
Ximo Puig y sus voceros argumentan como “defensa”, ante quienes realizamos nuestra labor de fiscalización, que en estos momentos críticos, deberíamos sumar y realizar propuestas. Lo venimos haciendo desde abril. El problema es que no nos quieren escuchar.
El último, que se lo envié a Puig esta semana, es el Plan Activa para movilizar de forma inmediata 1.078 millones del presupuesto de todos los valencianos y destinarlo a quienes más lo necesitan. Prevé una reestructuración política del Consell, ahorrando en costes y consiguiendo un mayor control y eficiencia del sector público. El Plan irá directamente, mediante ayudas no retornables, a todos los sectores económicos de nuestra comunidad sin exclusión alguna, y tendrá un efecto de compensación por la inactividad o pérdidas ocasionadas por el Covid-19 desde febrero de 2020. Ayudas directas en vena, no créditos. Para los autónomos que continúen con la actividad y tengan empleados, una reducción del 7% de la cuota íntegra para el IRPF de 2020 y 2021. Estas ayudas del Plan por mil millones de euros tendrán la condición de subvenciones anticipadas y deberán desembolsarse al 100% de forma inmediata. No hemos tenido ninguna respuesta. Mientras, Puig lleva más de 15 días anunciando ayudas que nunca llegan a los bolsillos mientras la gente se arruina.
La improvisación constante por parte del gobierno de Puig y Sánchez, la falta de dialogo con los implicados y las ocurrencias sin soporte técnico han provocado un desastre sanitario y económico que ha dejado a miles de profesionales, de autónomos y pymes valencianas en la más absoluta desesperación. ¿Hay alguien ahí?
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