El Partido Popular ha experimentado en Sagunto la tendencia contraria que los socialistas. Si éstos venían contando con el apoyo mayoritario de los electores hasta 1995, el PP es la fuerza más votada desde entonces. Aunque es una tendencia que se repite en buena parte de España, lo cierto es que el caso de la capital del Camp de Morvedre es, posiblemente, uno de los más meritorios para el partido de centro derecha, por cuanto es una ciudad con una tradición obrera y sindical muy fuerte.
Los socialistas venían recibiendo el apoyo mayoritario de los electores hasta el año 1995. Pero lo tuvieron muy complicado para gobernar, porque la oposición, por muy diversas razones dependiendo de cada legislatura, se lo puso difícil. La de 1991-95, en la que Manuel Girona rozó la mayoría absoluta, fue una de ellas, hasta que en la de 1995-1999, con menos concejales, se produjo una moción de censura a mitad de legislatura que aupaba a Silvestre Borrás (PP) a la alcaldía. Los populares volvieron a gobernar en la siguiente con el apoyo del Bloc y dos tránsfugas de UV. No así en 2003 cuando, pese a ser la fuerza más votada, el tripartito formado por PSPV, EU y Bloc se hacía con el poder. Hasta 2007, cuando el PP, con el mejor resultado de la historia, con nueve concejales de 25, recuperaba la alcaldía gracias a un pacto con Segregación Porteña, que lograba seis.
Los populares tienen ante sí una oportunidad de oro para dar el gran salto y conseguir, o acercarse, a la mayoría absoluta. Es ahora, o nunca. Tienen a su favor los aires que soplan desde Madrid y que pueden beneficiar a los populares y perjudicar a los socialistas, aunque está por ver si el 'efecto Zapatero' llega también a las elecciones municipales y en qué grado; la división del principal partido de la oposición; una legislatura con pocas polémicas si se tiene en cuenta el compañero de viaje, SP, que fue muy beligerante con el tripartito en la legislatura anterior, aunque, claro está, es muy distinto gobernar que estar en la oposición; pese a la crisis, ha sido la legislatura de las inversiones, en un proceso que ha transformado la ciudad, gracias al Plan E y al Plan Confianza, pero capitalizadas por el alcalde, que es quien ha visitado e inaugurado obras y sale en las fotos.
Pero no todo ha sido perfecto. Los populares han tenido que soportar críticas muy duras por el pacto con SP. Pese a que el alcalde, Alfredo Castelló, ofreció un pacto a todos los grupos, que fue rechazado, la alianza con los segregacionistas durante poco más de dos años, le ha ocasionado algunos quebraderos de cabeza, principalmente en el núcleo histórico, donde está por ver hasta qué punto puede afectar electoralmente esta circunstancia.
También los populares han acogido en su seno algunas disputas internas, como la protagonizada por el padre de la concejala María Teresa Peris, que llegó a impugnar el congreso local del PP y que reflejan el malestar de un sector del partido, básicamente en el núcleo histórico, con Castelló y el pacto con SP, amén de las típicas fobias de carácter estrictamente personal. De hecho, en la comarca hay una guerra abierta entre los partidarios del presidente provincial y de la Diputación, Alfonso Rus -con quien está alineado Alfredo Castelló y el PP de Sagunto-, y el reelegido presidente comarcal, el alcalde de Quartell, Francisco Huguet, en la órbita del conseller Serafín Castellano.
La suerte posiblemente ya esté prácticamente echada para todos los partidos. Pero para garantizarse el éxito electoral, el PP deberá vender bien la gestión realizada, explicar que el pacto con SP era el único posible y, además, el resultado no ha sido malo -la celebración de plenos en el núcleo porteño ha sido respaldada por todos menos el Bloc- y las millonarias inversiones en ambos núcleos y, muy especialmente, atinar más con su candidatura. En este sentido, creo que PP y PSPV han aprendido ya de sus errores.
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