Carles López Cerezuela.
La
política es el sustituto de la guerra y la toma de posiciones
iniciales es básica para gestionar el escenario. La intervención de
Punset en el debate sobre la toma de posesión de Puig se ha
convertido en el trending topic local gracias a sus definiciones de
“entrañable pero poco útil” sobre el valenciano y de “aldeanos”
a quienes defienden unas determinadas posiciones lingüísticas.
Más
allá del fondo del asunto que es fácilmente analizable -una lengua
no deja de ser un patrimonio inmaterial valiosísimo para una
comunidad humana- conviene ver los vectores de estrategia
comunicativa que
subyacen. Honestamente no creo que Ciudadanos sea consciente de lo
que acaba de conseguir básicamente porque -todavía- no dispone de
armas de persuasión masiva. Lo ha hecho de manera inconsciente pero
se puede hacer de manera consciente. De hecho hay un comando en el PP
-en el que da la sensación de estar el ex alcalde de Sagunt-
encargado del “ataque identitario” que es el flanco más débil
de la nueva coalición de gobierno valenciana.
Punset
-probablemente sin saberlo- ha conseguido dar en el clavo, el clavo
perfecto. Por un lado ha obtenido una exitosa gestión de la
notoriedad. En un debate de investidura el guión periodístico
habitual es el de un partido de tenis (dos antagonistas) con
comentaristas (acompañantes).
Ciudadanos
ha conseguido capitalizar la notoriedad y eso es un partido emergente
es petróleo porque los índices de voto circulan paralelos a los de
conocimiento. Por otro lado ha conseguido crear agenda. Para un
partido nuevo y de dimensión media es muy dificil crear agenda. Ha
conseguido centralizar los debates en sus marcos referenciales de
victoria.
Punset
ha conseguido que mucha gente se posicione. Ha conseguido que mucha
gente opine sobre lo que a Ciudadanos le intenta hacer que opine. Ha
conseguido llevarles a hacerse la pregunta que le conviene a
Ciudadanos. Que el valenciano no es útil no es una opinión
inventada por Punset sino una corriente de opinión más o menos
amplia dentro de las capas sociales medias y altas del País
Valenciano.
Gestionar
las preguntas condicionalas respuestas.
Ciudadanos
también consigue crear un frame, un marco en el que le resulta fácil
mover la dialéctica: la
modernidad frente a la tradición, lo antiguo frente a lo moderno, lo
global frente a lo local como una dialéctica
de oposición. Comprar ese marco referencial ha sido un error para la
izquierda.
Finalmente
Punset consigue en pocos minutos descubrir la puerta de entrada para
el Caballo de Troya. El flanco débil de la coalición es el vector
identitario. El flanco débil del Pacte del Botànic es el Bloc
porque les ha enseñado la capa y han envestido directamente.
Conflictualizar la lengua es un recurso electoral básico
en Valencia. Cuando ya se había pacificado la cuestión
“catalanizadora” mediante política lingüística
(AVL) Punset resucita un filón de votos pero en versión Matrix. Da
igual si lo que se enseña es
catalán o valenciano el conflicto ahora es si es útil o inútil.
Ahí hay un yacimiento de voto.
Pero
lo fundamental no es eso sino descubrir que hay un montón de gente
dispuesta a poner el foco en lo identitario justo en el momento en
que lo postmaterialista ha pasado a un segundo plano. Todos los
esfuerzos de Oltra y Ribó por pragmatizar, ampliar agenda y
desnacionalizar Compromís se pueden ir
al traste si la parte bloquera entra al trapo de cada provocación
comprando preguntas donde sus respuestas
son complejas.
Punset
ha dado en el clavo. Se ha dado a conocer aprovechando el único
resquicio que quedaba y casi eclipsando
el conjunto de medidas del Pacte del Botànic, ha creado agenda y ha
descubierto que si pincha en un sitio el toro enviste.
Por
eso Punset ha dado en el clavo.
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