Francisco José Adán. EPDA.El golpe en el tablero de la geopolítica internacional que ha pegado el tirano Putin, sátrapa, liberticida y ahora, oficialmente, criminal internacional ha sacudido nuestras preciosas vidas occidentales.
Occidente toleraba, más de lo que debía , las excentricidades y excesos de Putin que encarcelaba y hacía desaparecer a la oposición en su país, perseguía a homosexuales y envenenaba a periodistas díscolos, intervenía como un filibustero en las políticas internas de los países de la UE para apoyar a frikis, vividores y delincuentes como los golpistas nacionalistas catalanes pero el paso de invadir un país democrático, independiente y que tenía el derecho a elegir su destino es un paso que no puede ni debe tener vuelta atrás.
El desprecio por el orden legal internacional y por las reglas de convivencia que, en pleno siglo XXI se supone que debemos de tener, sólo puede responder a una mente fría, calculadora y enferma por ese nacionalismo que lleva siendo un cáncer para la humanidad desde hace ya demasiado tiempo y que en España seguimos tolerando con demasiados algodones.
Y lo peor de todo es esa equidistancia cutre y casposa de la progresía y cierto sector de la izquierda que equipara a la OTAN con Putin ¡Menos mal que está la OTAN! Se recrimina a la UE y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte que no intervinieran militarmente contra Putin como sí se hizo con Serbia, claro que en Serbia, en su día, estaba habiendo una limpieza étnica y Milosevic no es Putin, no tenía armas nucleares.
Estas armas en manos de Putin hace resurgir aquella frase de que la política es el arte de lo posible, pero, dicho lo cual, al sátrapa ruso no se le puede dar el mensaje de que la amenaza del uso de su potencial nuclear puede ser una carta blanca para hacer siempre lo que quiera.
Si la pandemia nos enseñó el valor de la globalización, de lo importante que es la sanidad ( pública y privada) este evento nos ha de enseña a todas estas generaciones que hemos vivido en la comodidad de dar por sentada la libertad, la paz y el estado de derecho que todo esto tiene que ser defendido y a veces, plantar cara al matón, porque si no, la alternativa es perder todo aquello.
Putin quería aprovechar una UE débil, un EEUU que aparentemente estaba en decadencia y una OTAN que parecía innecesaria, pero está consiguiendo todo lo contrario: está solo, ni siquiera, gran parte de su pueblo está con él. Sólo le acompañan regímenes de igual calaña que el suyo y que deben de tomar buena nota: occidente tiene un sistema de libertades que ha costado mucha sangre a lo largo de los siglos, no cederemos al chantaje de un tirano, de un loco.
El único futuro que ahora, le queda a Putin – o al menos le debería quedar- es a sentarse en el tribunal penal de la Haya y a dejar a su país que se una al mundo occidental donde las personas tenemos valor por si mismas, abrir Rusia a la democracia y a la libertad y , de igual modo, China. No hay alternativa.
La UE ha de crear un ejército europeo y ser independientes energéticamente, las centrales nucleares son una gran alternativa; la OTAN ha de crecer pues es el único escudo militar que tenemos en el mundo libre frente a locos que creen que la vida de los otros no importa, sólo su visión sesgada y paranoide del mundo. La ONU ha de ser reformada de urgencia y acabar con el actual Consejo de Seguridad.
Putin ha conseguido dejar aislado a su país, las medidas económicas de occidente en coalición con el poder militar son nuestras armas frente a éstos gobiernos fuera de tiempo y de lugar en pleno siglo XXI .
Ucrania nos está dando una lección al mundo. Ucranianos aguantad, sois héroes de nuestro tiempo, rusos de buena fe, dad un paso al frente y acabad con quien os está tiranizando.
Putin, vas a perder, de hecho, has perdido. Ahora estamos más unidos, más fuertes, más convencidos en nuestros valores y no vamos a dar un paso atrás.
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