Luis Rubiales. /EPDA"No voy a dimitir" ha repetido varias veces el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, que tras su polémico beso a la jugadora Jenni Hermoso, se ha colocado en el ojo de la polémica en una asamblea que aún organizada a su medida ha mostrado división en sus apoyos al presidente.
En un discurso más político que deportivo, en la que Luis Rubiales ha hablado de sueldos, sanidad y partidos políticos, el aún presidente de la RFEF sólo ha pedido disculpas por cogerse los genitales en el palco de la final del Mundial de Fútbol Femenino, en una disculpas, que en cualquier caso, sólo ha dirigido al entrenador Jorge Vilda. Rubiales ha dicho que el gesto fue originado por "la emoción" de que Vilda le dedicara a él la victoria y que han pasado mucho.
Sobre el beso a la futbolista Jenni Hermoso, Rubiales ha vuelto a insistir en que fue consentido sin hacer alusión ninguna al vídeo en el que se ve a Hermoso decir que el beso "no le ha gustado" pero "¿qué iba a hacer?" ni al hecho de que la misma jugadora haya firmado en el que se piden medidas ejemplares contra el presidente de la RFEF. El máximo representante del fútbol español ha insistido en que fue "un beso como el que le daría a mis hijas".
En este sentido, Rubiales ha afirmado estar sufriendo una caza "desde hace 5 años", de la que ha responsabilizado en parte al presidente de la liga Javier Tebas, que ha afirmado que esta detrás de muchos periodistas. Y ha asegurado que las críticas hacia él son un "intento de asesinar a un hombre".
En su faceta más política, Rubiales ha afirmado que le "preocupa España", y que "el falso feminismo es una lacra en España" una afirmación que ha sido aplaudida por una parte reducida de la sala, entre la que se encontraba el actual seleccionador masculino, Luis de la Fuente.
Donde se ha sido ovacionado masivamente ha sido en el final de su internvención en la que ha afirmado que se va de vacaciones y que espera "que se haga justicia" con su figura.
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