Sálvame podría está llegando a su fin, después de una andadura exitosa en Telecinco. Cuatro horas de programa en directo diarias y otras tantas en el prime time del viernes han desgastado un espacio que triunfó al revolucionar las tardes al tratar el corazón de una manera diferente, hasta que ha ido derivando en una auténtica pelea de gallos, que el lunes alcanzó niveles insoportables.
El viernes Sálvame Deluxe emitía una grabación realizada por uno de los colaboradores de Sálvame, Kiko Hernández, a los padres de María José Campanario, la actual esposa de Jesulín de Ubrique. Menos guapa, llamaron de todo a Belén Esteban, la princesa del Pueblo, que pasa por sus horas más bajas, y a otros colaboradores, como Kiko Matamoros o Lydia Lozano. Hasta aquí, lo habitual del sainete folletinesco en que se ha convertido la Esteban y el programa que copresenta.
El 'belenazo' aumentó la cuota de pantalla del Deluxe, pero sin destacar sobre la competencia. El pinchazo del recurso a Belén Esteban no es novedoso y ha hecho saltar todas las alarmas en la Factoría Esteban, Telecinco y Sálvame.
Sin embargo, lo peor estaba por llegar. El lunes Sálvame Diario dedicó todo el programa al mal rollo entre colaboradores. Imposible que sea teatro. Y si lo fue, premio a la tragicomedia del año. Belén Esteban fuera de sí, con una vena de la cara reventada y un aspecto decadente terrible. La princesa del Pueblo está agotada y necesita un descanso, volver a pasar por la ITV y regresar tras una imprescindible puesta a punto. El motor está gripado. Y fruto de su estado emocional y anímico cargó contra todo lo que se movía en el plató, en especial con su antigua amiga Mila Ximénez, pero también con Kiko Hernández.
Las caras de circunstancias, de agobio, enfado, tristeza y cualquier sustantivo que describan un estado de decepción, ofensa y hartazgo, fueron una constante durante la tarde.
No fue una bronca más. Y quedó claro que algunas amistades se han roto para siempre. Pero esto al telespectador le importa un carajo. Lo que va a quedar para el futuro es un programa en el que cualquier intervención va a ser, a partir de ahora, puro teatro. Que diría María Ángeles, la madre de Aída Nízar.
Sálvame lleva retroaliméntandose tantos programas de sí mismo y de las trifulcas de sus colaboradores, que su formato está muriendo de éxito, por agotamiento. No es culpa de nadie. Todo programa tiene su ciclo y el de Sálvame llega su fin. De hecho, tanto el Diario, como el Deluxe sufren para hacer los datos de audiencia que alcanzaban hace sólo unos meses.
Y a los colaboradores les voy a recomendar en la distancia que se tranquilicen. Que no sufran tanto. Y que todo no vale por dinero.
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