Primer día de rebajas en un centro comercial de la Comunitat Valenciana
Las tiendas de ropa estaban a rebosar de genete
Muchos aprovechan el primer día de rebajas para cambiar los regalos navideños
“La guerra. Esto es la guerra”. Una señora masculla esta frase mientras sujeta su bolso con el sobaco, aguanta una percha entre los dientes y sostiene, en su mano derecha unas botas y en su mano izquierda lo mismo un vestido, que un jersey, que una trenca.
Esta descripción de señora ‘guerrera’ es una descripción tipo. Porque hoy, primer día de Rebajas, hay muchas profesionales de la ganga distribuidas a lo largo y ancho de los centros comerciales de toda Valencia. Desde las 10 horas de la mañana estas buscadoras de tesoros han soportado insufribles colas zigzagueantes que rodeaban el interior de las tiendas y todo ello sin descanso. No hay dolor, no hay sufrimiento. Y, sobre todo, no hay tiempo. Un parón para el almuerzo popular puede suponer no encontrar la talla deseada de aquel vaquero que ayer valía 60 euros y hoy 45. Así que, de cafelito a media mañana, nada. Me imagino a las “señoras que aman las Rebajas” del Facebook vistiéndose de buena mañana, madrugando para la ocasión, poniéndose las pinturas de guerra, la cinta en la cabeza cual Rambo de tiendas y sin ni siquiera preocuparse por ir con ropa cómoda, porque, total, ni se van a molestar en probarse lo que les guste. Probarse la ropa en la tienda es de perdedoras. Y ellas son unas profesionales. Además, no comprarán solo para sí mismas. Les dará tiempo a hacer de personal shopper para toda su familia. Están curtidas en este terreno. Y es que la veteranía es un grado.
¿La crisis? Un invento.
Visto lo visto hoy, vista la avalancha humana que se ha acercado a las tiendas (imperio Inditex, sobre todo) y visto el resultado (prácticamente el 90% de los visitantes a las tiendas, salían con compras), una se pregunta qué ha sido de esa crisis que hace 7 días nos azotaba a diestro y siniestro y nublaba en nuestra mente cualquier iniciativa y/o/u perspectiva de futuro prometedor en este recién estrenado 2011. Hoy, se ve que todo eso ya no importa. Hoy lo único que nos provocará una sonrisa y un hormigueo satisfactorio será haber conseguido la sudadera de turno un 45% más barata y haberle arrebatado la rebeca de punto talla M a la zagalita de gafas. Zagalita que, todo sea dicho, ya casi es íntima. Sabe más cosas de mi vida que mi prima la de Huelva. Llevamos juntas 35 minutos de cola. Y, 35 minutos, dan para mucho. Las Rebajas es lo que tienen. Que haces amigas… o no.
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