Jaime García.
Pido un poco de comprensión
para nuestros políticos. !Déjenles pensar! Su trabajo es enorme.
Llevan un año para decidirse a "un sí o a un no" y aún
no lo tienen claro. Y es que el trabajo y la responsabilidad política
es inmensa. Decía Cervantes: "Aquí se canta, allá se reniega,
acullá se riñe, acá se queja y, por todo, se hurta". Parece
ser que lo que más preocupa hoya nuestros políticos es lo último
''se hurta". ¡La que han armado, Dios mío, por el tema de la
corrupción! Todos a una han puesto de inmediato la vista en el
retrovisor.
La izquierda anda enamorada y
muy preocupada por Rita Barbera. A la derecha le han notificado algo
muy gratificante: Los jueces acusan a los que fueron Presidentes de
la Junta de Andalucía, Señores Griñán y Chaves, y a un rosario de
trincones, de prevaricación y mal versión de los fondos europeos de
millones de euros que la U. Europea envió para aliviar a los parados
de Andalucía. En tromba han salido los socialistas en defensa de sus
galanes, afirmando con rotundidez que tales señores no se han
quedado ni una perra chica. Todo es una calumnia, dicen, pues aquí
en la tierra de María Santísima no existe el paro. Esos señores
han trabado noche y día y han colocado ese dinero en "buenas
manos" acorde con las gestiones de nuestro partido. Incluso el
cordobés, Séneca, decía "que el dinero no ha hecho rico a
nadie". No hay que extrañar, pues, que tales señores piensen
igual que su paisano.
Lo de la Señora Rita es otro
cantar. ¡Mira que blanquear mil euros¡ ¿Dónde se ha visto esto?
A todos nos parece lógico que
ciertos medios se hayan vuelto locos, dándonos todo el día la lata.
Y es que, dicen que tal noticia supera en creces a los Eres
andaluces. Ciertas televisiones saben muy bien lo que hacen...y lo
que quieren.
Hay que ver con qué
animosidad tiran al plato. Mata más la lengua que la espada. Lo que
ocurre es, como decía Pericles, que son muchos los que juzgan una
política, pero muy pocos los que saben definirla.
Siempre hemos oído decir que
todos los españoles son inocentes, mientras no se demuestre lo
contrario. Los tiempos han cambiado. Ahora una insinuación o un
estirón de orejas te hacen culpable. Casi ni te enteras. Por eso
quien se siente en la paja, tiene que cuidarse del fuego.
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