Enrique Ortí Ferre.Hace unos días asistí a una conferencia sobre “El comunismo a lo largo de la historia, claroscuros”, me confieso una persona muy curiosa. Mis sensaciones las puedo resumir en tres ideas. La primera, gira en torno al comunismo como un sistema fallido. Esto es incontestable. La segunda, versa sobre los regímenes comunistas totalitarios (en mi opinión todos los regímenes comunistas son totalitarios), calificándolos de tan genocidas como cualquier otro estado totalitario encuadrado en el espectro ideológico de la derecha. Todos tenemos alguno de estos en la mente...
Y la última, y no por ello menos importante: el comunismo y en general toda la ideología izquierdista (incluso, la más radical) no pierde esa simpatía o atracción rodeada de un halo de solidaridad, libertad, igualdad, progresía... que, será chula y molona para muchas personas en nada comparable a los fachas derechones que tan mala prensa tienen.
En conclusión, su aparato propagandístico, y por ende el de toda la izquierda (por afinidad y similitud en el método y también en los resultados), es absolutamente imbatible y se ha asentado en la conciencia de nuestra sociedad hasta sus raíces más profundas. Con esto, me pregunto cómo se consigue vender un producto (ideológico), como solidario, progresista, igualitario, panacea y garante de las libertades y demás.
Con esta premisa, hago una traslación a mi municipio, Xirivella. Durante treinta y seis años ha sido gobernada por el PSOE y hoy sigue siendo administrada por el alcalde, Michel Montaner, quien lleva en el ayuntamiento con distintas responsabilidades desde el siglo pasado. Todo esto, por supuesto, es voluntad popular y no voy a ser yo quien lo cuestione, no va por ahí mi reflexión.
Ahora bien, hace unos días, he podido acceder a un documento en el que se refleja el nivel de desigualdad de los municipios de la Comunidad Valenciana. Sobre este mapa, la mayor parte de las zonas de Xirivella está marcada como “polivulnerabilidad media” y a otras zonas más concretas se les ha catalogado como “vulnerabiliadad integral”. Tras casi cuarenta años de gobierno del PSOE, digo yo, que algo habrán tenido que ver los socialistas en el poco desarrollo del municipio: en la reducción de empresas que ocupan nuestro polígono, en el aumento del índice de pobreza infantil, en la gran cantidad de pisos ocupados ilegalmente, en el expreso deseo de muchos de nuestros ciudadanos por cambiar su lugar de residencia, en el mantra repetido hasta al saciedad por los emprendedores: “si quieres montar un negocio en Xirivella, lo terminas montando en otro sitio”, en la pérdida de infraestructuras básicas (como la reciente desmantelación de la estación del tren de la línea C-4). En fin, no hay espacio aquí para todo.
Es curioso que esto haya ocurrido con el partido solidario, defensor de los desfavorecidos, preocupado por hacer una sociedad más igualitaria. Quizá ha estado más pendiente de la ingeniería social que del bienestar de los ciudadanos o de gestionar con eficacia el municipio, sin saber defender aquello por lo que abogan.
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