Terreno donde se realizan labores de fangueo. Foto EPDALas consecuencias que tiene la
descomposición de la paja del arroz en la calidad de las aguas tras la cosecha
y la consiguiente inundación de los arrozales es uno de los problemas que más
preocupan en el entorno del Parc Natural de l’Albufera. La quema, solución
habitual en otro tiempo, ya no se permite. Tras un lustro de polémica, de ahogarse
y pudrirse cada otoño el rastrojo en los tancats
más profundos, de afectar esta contaminación al agua y la pesca en el lago, un
estudio arroja nueva luz sobre el debate. La Fundació Assut y el
entomólogo Juan Rueda han analizado en la partida de L’Estell las consecuencias
que los distintos sistemas de tratamiento y eliminación de la paja del arroz
tienen sobre la biodiversidad en L’Albufera.
El
cultivo del arroz está muy estrechamente ligado al paisaje y la diversidad
biológica de su entorno. En las jornadas ‘Arroz y conservación de humedales’, organizadas
también por la Fundació
Assut y celebradas hace unos días en la Universidad Politécnica
de Valencia, Rueda presentó los resultados de esta investigación. El
experimento consistió en analizar la
relación que hay entre la gestión del arrozal en invierno y sus condiciones
ecológicas como lugar de alimentación para las aves acuáticas. En concreto, se estudió la
respuesta de los macroinvertebrados, principal fuente de alimentación de patos,
garzas, gaviotas y limícolas, a las distintas fórmulas de tratamiento del
rastrojo.
Con la colaboración del Parc Natural de
l’Albufera, se analizaron las consecuencias de la roturación en seco del
terreno, la quema de la paja, la incorporación de ésta al suelo mediante la
labor de fangueo, y el mero abandono
del rastrojo en el campo. Y, entre las cuatro prácticas testadas, se observó un
aumento de la riqueza de los invertebrados tras el proceso del fangueo. Éste consiste en batir con un
tractor de ruedas de hierro, llamadas gàbies,
la superficie ligeramente inundada de las parcelas para airearla e incorporar
al suelo la paja y los restos de la siega.
La entomofauna acuática, la cantidad y
variedad de insectos y otros artrópodos son un inmejorable indicador de la
calidad del medio. Según Rueda, el fangueo
impide también la habitual explosión de quironómidos en las épocas de calor,
esas molestas nubes de mosquitos que, en estado larvario, suponen además una seria
amenaza para la cosecha de arroz. Por el contrario, las rantelles o tarrantelles,
como se los conoce en L’Albufera, aumentan exponencialmente tras las prácticas
del abandono o la quema del rastrojo.
Este
estudio, financiado por Loterías del Estado y National Geographic Channel a
través del premio ‘Becas Soñadores’, se enmarca en el proyecto de custodia del
territorio firmado por la
Fundació Assut y la Comunidad de Regantes de L’Estell i Rojas. Entre
otros objetivos, el proyecto pretende valorar la incidencia de algunas
prácticas de gestión de los arrozales y proponer soluciones o alternativas
sostenibles.
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