Carmina Llopis. / EPDA Permanecer durante largos períodos de
tiempo encerrados dentro de las paredes de casa no es nada fácil. Aún más
complicado si se trata de alguien que está solo o que sufre de ansiedad y
depresión. Las nuevas medidas para limitar la propagación del Coronavirus nos impiden
los contactos personales tanto como sea posible, mantenernos a una distancia
segura y salir de casa solo cuando sea inevitable. Un desapego de la vida
social repentina que requiere un cambio radical en nuestros hábitos y que
inevitablemente ejerce presión sobre el estado de ánimo y la salud mental.
Hacer frente al aislamiento y permanecer durante un largo período de tiempo
dentro de las cuatro paredes del hogar es aún más difícil para quien se
encuentran solo y no puede compartir la carga de estos días con nadie, para
aquellos que sufren de ansiedad, depresión u otros trastornos.
La tercera edad es la más expuesta con
diferencia, a menudo tienen una interacción social ya reducida y en estos
difíciles días se encuentran aún más expuestos a la soledad con el
confinamiento y a la vez más dependientes de los demás. Incluso para los
jóvenes el aislamiento tiene un peso considerable si están solos y no pueden
compartir el mecanismo de solidaridad y colaboración presente en una unidad
familiar.
Es importantísimo que estas personas
no se sientan abandonadas y para ello debemos proporcionarles diversos
instrumentos y herramientas. ÉS muy importante incrementar la comunicación con
nuestros mayores, intensificar las interacciones por llamadas telefónicas, videollamadas
o mensajería instantánea. Porque en tiempos de Covid19, seguramente hasta Freud
habría utilizado Skype o WhatsApp.
Es fundamental limitar el tiempo de
exposición a las noticias. Mantenerse continuamente expuesto a noticias, de
hecho, solo aumenta los niveles de alerta y preocupación, especialmente cuando
se hace a través de la televisión, donde las imágenes evocan continuamente el
drama. Conviene establecer un tiempo específico para consultar las últimas
noticias, a fin de alertar a la tensión, pero controlar la ansiedad.
No hay que caer en la constante
búsqueda de cualquier palabra o argumento que parezca contradictorio en las
tertulias pues pueda aumentar la duda que a su vez alimenta su estado de
alerta, esta ansiedad provoca el deseo de actuar y esto puede conducir a un
comportamiento irracional que puede ser perjudicial para nuestra salud. Es
tiempo de pensar y actuar de la manera más racional posible que es: QUEDÁRSE EN
CASA, seguir las indicaciones de los especialistas y técnicos nos asegura que:
TODO VA A SALIR BIEN.
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