No hay manera. La Caixa, ahora Caixabank, me persigue. Después de unos años como cliente, un error cometido por un empleado de la sucursal de Moncada (Valencia) hizo que cancelara una cuenta. Después, la entidad se quedó con Banco de Valencia, donde tenía la hipoteca de mi vivienda, y volví a ser, en esta ocasión involuntariamente, cliente de la entidad catalana. Finalmente, pude cancelar el préstamo y dejar de ser cliente de Caixabank. Pero parece que me persigue: cuando se haga efectiva la compra de Barclays, volveré a recibir los recibos y demás notificaciones del banco catalán.
Moraleja como consecuencia del hundimiento de las cajas de ahorro y el proceso de concentración bancario en España: da igual qué entidad hayas elegido para tus ahorros, domiciliar tu nómina o abrir un depósito a interés próximo al 0; los bancos eligen por ti.