16 de agosto de 2020. Cinco meses después del confinamiento en España nos acercamos peligrosamente a la casilla de salida. Rebrotes de contagios por todas partes, nuevas normas restrictivas, cierre de locales de ocio, puntilla al turismo...
Un desastre que nos lleva al abismo en septiembre
, tras las vacaciones y la vuelta al cole, si no se contienen los contagios.
De nada ha servido que más de 30.000 personas hayan fallecido en España por la Covid-19, con millones de muertos y contagiados por todo el mundo. Poco parece importar que la economía se haya desplomado y lo peor está por llegar. En este país una parte importante de la población tiene la memoria muy corta y demuestra ser muy irresponsable.
Vayamos por partes. Los Gobiernos han fallado.
Medidas sanitarias tardías y medidas económicas insuficientes
. Son los dos grandes titulares. Da igual si es el Gobierno central o los autonómicos, todos han actuado tarde. Hay que reconocer que han trabajado y lo siguen haciendo, unos mejor que otros, pero el resultado es frustrante. La mayoría han sido incapaces de frenar el virus.
Como siempre, son los Ayuntamientos los que mejor y más rápido han intervenido
, de ahí que se opongan con razón a la intención del Gobierno central de quedarse con el remanente positivo de tesorería, los ahorros que tanto esfuerzo le han costado a los alcaldes y alcaldesas de este país. En cuanto a las medidas sanitarias, el uso obligatorio de mascarilla ha llegado tarde y, además, la vigilancia efectiva de su cumplimiento ha sido inútil. Somos el país europeo donde más se utiliza la mascarilla por la calle, pero nos las quitamos al entrar en domicilios y en recintos públicos. Nuestras costumbres sociales juegan también un papel destacado en la propagación del virus, al ser las principales fuentes de contagio la reuniones de amigos y familiares. El confinamiento se hizo a rajatabla y funcionó, pero la desescalada se ha hecho de forma precipitada y hablar de 'nueva normalidad' ha hecho que mucha gente se relaje pensando que el virus había desaparecido. No ha habido tampoco una repuesta acertada para la segunda oleada: ni suficientes tests, ni rastreadores y no es viable un nuevo confinamiento. Respecto a las medidas económicas, más allá de los ERTEs -que se acaban en septiembre-, los gobiernos autonómicos y algunos locales han dado ayudas a pymes y autónomos, pero sin orden ni control, simplemente a los primeros que presentaron la solicitud en un número limitado, por lo que éstas no se repartieron equitativamente, no llegaron a todos los solicitantes. Pura propaganda, poca efectividad real.
Pero los gobiernos no son los únicos que lo podían haber hecho mejor. Estamos pasando un verano con numerosas muestras de irresponsabilidad por las calles, urbanizaciones... Las normas están muy claras pero
un sector de la sociedad
ha demostrado ser
muy irresponsable
: sin mascarilla, sin mantener distancias de seguridad, sin lavarse frecuentemente la manos... Precisamente ha sido en encuentros sociales -familiares y de amigos- donde más se ha relajado mucha gente y donde se han disparado los contagios. Hemos visto botellones en numerosas localidades, celebraciones de ascensos de categoría de determinados equipos, aglomeraciones de toda índole en urbanizaciones y calles, fiestas privadas tumultuosas... Y nadie ha hecho nada. Muchos jóvenes que piensan que esto no va con ellos, han seguido reuniéndose como lo hacían ante de la pandemia, con padres sin autoridad ni vergüenza.
Un Sistema fallido porque no ha sabido hacer cumplir las normas
. Son los Gobiernos los que han fallado, pero también las leyes -la Justicia paralizada durante el confinamiento y ahora totalmente desbordada-. Pero queda muy bien cerrar el sector del ocio, pagando justos por pecadores. Pubs y discotecas que han cumplido las normas sanitarias, mientras que no se ha actuado o se ha actuado demasiado tarde contra aquellas que permitieron barbaridades. ¿Los Gobiernos van a pagar el desastre económico tras la nueva prohibición?
Después está Europa. Cada país ha hecho la guerra por su cuenta
, hundiendo en el tramo final el turismo, un sector vital para nuestra economía. Europa como ente político es otro fiasco. ¿Y el dinero que tiene que venir a España? ¿A qué se va a destinar? ¿Se va a pagar el cierre de miles de empresas?
Ante esta situación de deterioro acelerado, asistimos impotentes quienes hemos cumplido las normas y nos hemos dejado la piel para salir adelante, a un otoño desastroso, incierto, con nuevas restricciones y, lo que es peor, sin ninguna confianza en que lo que nos digan que tenemos que hacer, sea efectivo.
Querría tener palabras de reconocimiento y agradecimiento eterno a todos los colectivos que han estado durante el confinamiento trabajando sin descanso, especialmente a los sanitarios. Qué poco tiempo ha pasado y qué pronto se han olvidado de vuestra heroicidad a quienes aplaudían a las 8 de la tarde desde los balcones. Gracias y disculpadles.
Seguiremos informando. Seguiremos cumpliendo las normas. Seguiremos luchando. Pese a todo, no podemos caer en la depresión.
#Mascarilla
#DistanciaSocial
#LavadodeManos
#Responsabilidad
PD. Aún estamos a tiempo. Pero depende de todos y cada uno de nosotros.