La Memoria sobre la situación
Socioeconómica y Laboral 2021 del Comité Econòmic i Social de la Comunidad
Valenciana (CES CV) dedica un anexo a abordar el impacto económico y social de
la invasión rusa de Ucrania. Una situación imprevista y de alcance global que "plantea
la necesidad de adoptar planes y programas a corto, medio y largo plazo,
acordados en el ámbito del diálogo social, que se traduzcan en medidas
paliativas, coyunturales y estructurales", que permitan superar la crisis y
evitar la ralentización del crecimiento económico iniciado tras salir de la
pandemia de la Covid-19.
El conflicto bélico está teniendo
consecuencias adversas que van a afectar al crecimiento de la economía
valenciana, a la vista de los datos de los primeros meses de 2022 que recogen
una escalada de los precios de las materias primas energéticas y el
consiguiente aumento de la inflación. De hecho, apunta el Comité, el
crecimiento económico de la Comunidad Valenciana se ha reducido en el primer
trimestre.
El impacto económico, como se
recoge en el documento, es el más visible de una situación que también acarrea
la pérdida de vidas, así como los desplazamientos de millones de personas
refugiadas.
En el análisis de la situación,
el CES CV apunta que la invasión rusa de Ucrania condiciona las expectativas de
crecimiento económico, con un importante aumento de los precios de las materias
primas energéticas. Y, si bien la dependencia directa de la Comunidad
Valenciana de esas materias no es elevada, "la situación es de gran
incertidumbre y sus dimensiones imprevisibles".
La demanda interna, indica, se verá afectada porque "el consumo privado
moderará su dinamismo a corto plazo, debido a la incertidumbre, y, sobre todo,
por el aumento de la inflación que conlleva la pérdida de poder adquisitivo y
el estancamiento salarial". En cuanto a la demanda externa, la contribución al
avance del PIB "puede moderarse, porque, a pesar de que la exposición de nuestro
comercio exterior con Rusia y Ucrania es reducida, la guerra puede tener
efectos negativos sobre las exportaciones de la Comunitat Valenciana".
Ante esta situación, el CES
valora el importante montante presupuestario asignado por la Generalitat Valenciana
al Plan ReActiva, destinado a responder a la emergencia energética y luchar
contra la inflación en "este escenario económico y social sobrevenido por el
conflicto bélico". Un plan dotado con 944 millones de euros y financiado con
fondos propios de la Generalidad Valenciana, europeos y recursos del Mecanismo
para la Recuperación y Resiliencia.
Este conflicto bélico también
tiene un impacto importante en el sistema financiero de la Comunidad y hace que
sean muchas las empresas y los autónomos que se enfrenten a la falta de
liquidez derivada del encarecimiento de la energía. De ahí que "valoremos
positivamente las medidas de ayuda al sostenimiento financiero de la actividad
productivo impulsadas por el Gobierno central y las complementarias adoptadas
por la Generalitat Valenciana".
Apunta que, por el momento, la
guerra no ha tenido efectos cuantitativos en el empleo en la Comunidad,
teniendo en cuenta los buenos datos aportados por el INE y referidos al
crecimiento de la ocupación y al descenso del desempleo estimado en el primer
trimestre de 2022. Sin embargo, un problema que podría plantearse en el mercado
laboral español y de la Comunidad Valenciana sería la dificultad para integrar con rapidez a los refugiados en la actividad
productiva. Preocupa, y así lo recoge el Comité en la Memoria, que la elevada
inflación prevista pueda afectar a la negociación colectiva y al V AENC.
En el anexo de la Memoria sobre
el impacto de la invasión rusa de Ucrania se analizan también las afecciones a
la sanidad, al medio ambiente o a la protección social en la Comunidad.
El CES CV hace una serie de
recomendaciones para afrontar la situación, tales como el deber de adoptar
planes y programas a corto, medio y largo plazo, acordados en el ámbito del diálogo
social, que eviten la ralentización del crecimiento económico y aceleren el
desarrollo de la denominada autonomía estratégica y tecnológica en los ámbitos
de la energía, las materias primas fundamentales y los alimentos.
Apunta que para lograr la
sostenibilidad del abastecimiento energético a largo plazo es necesario
impulsar el uso de fuentes de energía con bajas o nulas emisiones de carbono,
el empleo de fuentes energéticas locales y renovables y acelerar las investigaciones
para desarrollar nuevas tecnologías limpias.
El Comité recomienda fomentar
sistemas alimentarios sostenibles que garanticen alimentos de calidad para la
ciudadanía y seguir implementando medidas temporales que eviten que los
incrementos significativos en los precios de los alimentos y la energía
aumenten los niveles de pobreza de los valencianos.