Las seis mujeres y tres hombres que formaron jurado popular en el juicio por el crimen a tiros de la viuda del expresidente de Caja Mediterráneo (CAM) Vicente Sala, María del Carmen Martínez, comienzan a deliberar el veredicto de culpabilidad o no del único acusado, el yerno Miguel López. En la imagen, López. Archivo-EFE Pep Morell
El juicio por el crimen a disparos de la viuda del expresidente de la extinta Caja Mediterráneo (CAM) se repetirá en la Audiencia Provincial de Alicante en mayo de 2023 y durará entre dos y tres semanas, según han confirmado a EFE fuentes judiciales.
La repetición del juicio se produce después de que el Tribunal Supremos (TS) admitiese el recurso de casación presentado por el hijo primogénito de la víctima, Vicente Sala Martínez, frente a la sentencia absolutoria acordada para el único acusado, Miguel López, yerno de la fallecida, María del Carmen Martínez.
En esa resolución, el alto tribunal conminó a repetir el juicio por el procedimiento del tribunal del jurado, al estimar que se había producido anomalías en la devolución del acta del primer veredicto emitido por parte del tribunal ya que la magistrada que presidió esa primera vista oral no celebró una vista con las partes para conocer los motivos de la devolución.
Ahora, la sección del Tribunal del Jurado de la Audiencia alicantina ha programado que la repetición del proceso se desarrolle desde principios del próximo mayo en una vista para la que se prevé un calendario de entre dos y tres semanas, en función de si se produce la renuncia a parte de las pruebas que se practicaron en el primer proceso.
La fecha definitiva del inicio de la nueva vista queda pendiente de la firma de la correspondiente providencia de señalamiento, en la que podrían producirse todavía algunos ajustes a convenir con el nuevo magistrado designado para presidir el tribunal, José María Merlos, según fuentes consultadas por EFE.
La viuda del expresidente de la CAM, María del Carmen Martínez, falleció a última hora de la tarde del 9 de diciembre de 2016 tras recibir dos disparos en la cabeza en un concesionario de vehículos entonces propiedad de la familia Sala-Martínez, que regentaba su yerno.
